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¿Ha pinchado la burbuja de los grandes coches clásicos?

27/08/2019 12:43

Un McLaren F1 GT ha sido el automóvil más caro vendido en las subastas que se han efectuado en los eventos en torno a los automóviles fuera de serie en Pebble Beach y Monterrey, una 'semana sagrada' para los amantes del automovilismo.

El genial deportivo de Gordon Murray –posiblemente el mejor GT de la historia– alcanzó un precio de 19,8 millones de dólares –17,8 millones de euros– , un récord para el modelo. No era para menos, porque este ejemplar, el 64 de los 106 fabricados, uno de los cinco que habían sido transformados en versión, homenaje a la victoria en las 24 Horas de Le Mans. Estaba impecable y tenía poco más de 21.000 kilómetros en su marcador.

Por supuesto, nadie pensaba que fuera a acercarse a los 48 millones de dólares –43 millones de euros– que el pasado año se pagó por un Ferrari GTO, el coche más cotizado y preciado del mundo. Pero, en cualquier caso, es un precio inferior al que se esperaba, porque RM Sotheby's había indicado que la puja podría estar entre 21 y 23 millones de dólares.

El problema es que ha habido más oferta, pero menos ventas que el pasado año, y el precio medio también ha caído. Pero quizás también hay que considerar que en 2018 hubo algunas piezas excepcionales.

Es cierto, había algunas este año, por ejemplo, uno de los Ferrari 312 T5 que pilotó el recién fallecido Niki Lauda y que llevó a la victoria en el GP de Francia. Alcanzó los 6 millones de dólares –5,4 millones de euros–, aunque fue subastado por Bonhams y no por Sotheby's. Es una cifra incluso más importante de lo que se esperaba. Los monoplazas y en general los coches de competición relativamente modernos no alcanzan precios desorbitantes. En ese sentido se cotizó por debajo del Aston Martin DB5 que 'fue' de James Bond en dos de las películas más emblemáticas, Operación Trueno y Goldfinger. Incluso el Ford GT40 Roadster que llegaron a pilotar Jim Clark y Caroll Shelby, que rozó los 7,7 millones.

La subasta de Gooding & Company también tuvo las mismas pautas que la de Sotheby's, donde los Ferrari mandaron con un 250 GT LWB California Spyder por el cual se pagaron 9.905.000 dólares –8,9 millones de euros– , mientras que un 250 GT C abrió cambió de manos por 6,8 millones –6,1 millones–.

Los cuatro coches más caros fueron Ferrari, entre ellos el Fórmula 1 de Lauda –quizás los cinco si tenemos en cuenta que el quinto lugar lo ocupa un Alfa Romeo Type 256, una versión de competición desarrollada por Alfa Corse y Scuderia Ferrari, que se cotizó a 2.755.000 dólares –2,4 euros– , algo más que un Isotta Fraschini que disputó las 500 Millas de Indianápolis de 1913, que se vendió muy por debajo de lo esperado.

Pero las ventas totales de Bonhams & Goodman no superaron los 77 millones de dólares –69 millones de euros– , frente a los poco más de 116 –104– del pasado año. ¡Es prácticamente un tercio menos!

A modo exótico, un ejemplar 'de calle' del Citroën BX 4x4, realizado para homologar el Grupo B de rallies de la marca -posiblemente el mayor fiasco de la categoría- se quedó en 615.000 dólares –553.000 euros–.

Lo cierto es que, a pesar de las cifras alcanzadas por algunos de los ejemplares subastados al o largo de la semana, existe una cierta frustración o sensación de que la 'burbuja' de los coches de colección podría haber sufrido un pinchazo o que al menos ha perdido presión. Eso independientemente del fiasco de la subasta del Porsche Type 64, que de haberse vendido hubiera mitigado algo la caída de las cifras.

Precisamente, uno de los especialistas en subastas dijo que este año “se ha producido un baño de sangre”, en relación con el hecho de que prácticamente ningún coche consiguió acercarse a las pujas máximas previstas por los especialistas.

Pero todo puede cambiar en 2020 si algunas grandes piezas salen al mercado. Un solo Ferrari GTO la venta podría revolucionarlo todo.