A Toyota ya sólo le queda una asignatura pendiente
En poco menos de seis meses se ha impuesto en las 24 Horas de Le Mans tras treinta años de intentos gracias a Fernando Alonso, Sebastien Buemi y Kamui Kobayashi; recuperado el título mundial de rallies –por lo tanto reevaluación de la asignatura–, y por fin ha ganado el Dakar.
Las 500 Millas de Indy ya las ganaron –y por tanto aprobaron– como motorista, en 2003 gracias a Gil de Ferran, el actual director deportivo de McLaren. Y también en la NASCAR hizo sus deberes: en 2015 Kyle Busch les dio el primer título y en 2016 Denny Hamlin la preciada victoria en la Daytona 500, la prueba faro de la especialidad. Por supuesto también han ganado en Japón los dos campeonatos grandes allí, SuperGT y SuperFórmula, según sus nomenclaturas actuales.
Está claro que sólo les resta una asignatura pendiente: la Fórmula 1. Una asignatura que intentaron aprobar entre 2002 y 2009 con pobres resultados: sólo 13 podios (cinco segundos puestos y 7 terceros) en 139 GP, pero ninguna victoria. Poco bagaje para el que entonces era el mayor grupo fabricante del mundo, posición que en la actualidad se va alternando con el Grupo VW.
¿Decidirán volver al ataque o quizás, como otros grandes fabricantes, opten por la Fórmula E?
Parece difícil y complicado un retorno por ahora. Pero en horizonte 2021, cuando cambien las reglas de la F1 y en el WEC –o 'sease' Le Mans– los actuales LMP1 hayan dejado su puesto a los 'Hypercar'.
Toyota, en cualquier caso, tiene unas magnificas instalaciones en Colonia, con dos túneles de viento. Los mismos túneles que usa en la actualidad McLaren, pero que en el pasado llegó a usar Ferrari mientras rehacía el suyo. Tiene los medios. La F1 es híbrida y Toyota es la marca que más híbridos vende en el mundo, de hecho la pionera.
¿Se aventurará Toyota en volver a la F1? ¿Lo haría en solitario o como motorista? En este último caso hay lazos que pueden ser profundos: Gil de Ferran, Fernando Alonso, McLaren. Para Zak Brow sería una bendición, no cabe duda. Permitiría a McLaren tener un motorista exclusivo, una relación preferencial, simbiótica, con un motorista que hoy parece ser imprescindible para aspirar a la victoria en la F1 actual.
Es cierto. Todo es mera especulación, o un sueño. Pero estoy seguro que muchos aficionados y gente del automovilismo, incluso altos cargos de Toyota, se deben estar efectuando esta pregunta.
