Sam Schmidt, cuando sacarse el sombrero no es suficiente, merece genuflexión

Sam es un hombre de carreras. De hecho, quedó tetrapléjico en un accidente mientras hacía un test de Indycar con el coche de su propio equipo. Paralizado de cuello para abajo no se rindió. El equipo Schmidt-Patterson siguió corriendo en IndyCar con éxito, antes de asociarse con McLaren y venderlo más tarde… aunque posiblemente conserva una participación.

Pero antes de que eso último, la venta del equipo, sucediera, Sam afrontó varios retos personales. Uno de sus múltiples amigos, aquejado de esclerosis múltiple, le nombró director de su empresa, especializada en material para discapacidad física, la mayor de USA, para que la dirigiera, antes de legársela cuando falleció.

Sus ingenieros y mecánicos le hicieron hace unos años un Corvette especial, que pudiera conducir pese a su discapacidad. Un proyecto en el que el sponsor del equipo, Arrow Electronics, tuvo mucho que ver. Fue en 2016 cuando este especialísimo Corvette que no necesitaba pedales ni volante, Sam lo conduce con simples movimientos de su cabeza, dio unas vueltas a Indianápolis. 

Cuatro sensores en su casco y unas cámaras infrarrojas le permiten dictar las órdenes moviendo la cabeza. Al inclinar la cabeza hacia los lados, da instrucciones a la dirección, Moviéndola hacia delante, acelera.. Y para frenar lleva un sensor en la boca: la intensidad de la mordedura es lo que marca la pauta de la frenada.

Pocos años después, en Indy, pero en el trazado rutero, ‘le hecho’ una carrera a Mario Andretti con otro Corvette con mandos para discapacitados. Mario se mostró asombrado de lo rápido que podía ir Sam y éste afirmó que "he vuelto a vivir. Es la primera vez en 17 años que me he sentido una persona normal, un piloto", tras la prueba.

Sam es un hombre de retos. Primero como piloto, Tras el accidente, se hizo construir una silla de ruedas accionado por motores eléctricos. Logró bailar con su mujer, usando unas prótesis adecuadas. Y volvió a conducir en Indianápolis,,, incluso corrió algunas carreras amateurs.

Ahora ha puesto en marcha este centro en Indianápolis, el Conquer Paralysis Now, que viene a complementar la instalación original de CPN que puso en marcha en Las Vegas. Sam ha sido apoyado por un grupo de donantes, ha recaudado 20 millones de euros para el centro. Pero este centro de Indianápolis es más ambicioso ya que también alberga el centro de recuperación neurológica Driven, impulsado por NeuroHope.  

“Con la gran inauguración de nuestra nueva sede en Indianápolis, Conquer Paralysis Now colaborará con NeuroHope para tratar a pacientes con lesiones de la médula espinal y afecciones neurológicas, y atender a clientes que puedan utilizar las instalaciones de forma recreativa. Este hito representa nuestro compromiso inquebrantable con el avance de la investigación, la mejora de las vidas y el empoderamiento de las personas con la promesa de un futuro más brillante e inclusivo”, dijo Sam, en el momento de su inauguración.

La Indycar, sus miembros, miembros de los equipos y pilotos se suman a la iniciativa de Sam, colaborando de diversas formas. Kyle Kirwood, que ha tenido bellas palabras y se ha ofrecido a trabajar por la institución en su tiempo libre, agradeció a Sam los esfuerzos que este ha hecho en la recuperación de Robert Wickens.

No cabe duda, hablamos de un hombre excepcional, admirable, que debería ser ejemplo a imitar por su tesón, su trabajo, su compromiso. No es suficiente con sacarse el sombrero. Hay que hacer respetuosa genuflexión.