Red Bull tiene el control de la era actual de F1 y ya piensa cómo dominar la próxima

08/12/2022 12:33

Esto es lo que la mayor parte de aficionados creen a pies juntillas. Que Newey es el mejor ingeniero de la F1 en la actualidad y posiblemente uno de los mejores ingenieros de la historia de la F1, desde luego en los ‘top ten’, sin duda en los ‘top five’, pero cuando se entra en este exclusivo ‘pelotón’ resulta muy complicado.

Aunque quizás les sorprendió una reciente frase de Helmut Marko cuando le preguntaron por la ‘pupa’ que podría hacerles la sanción en forma de horas de túnel de viento que les ha impuesto la FIA. El Dr. Marko señaló que no iba a hacerles mucho dañó porque los túnes de viento son una herramienta obsoleta y afirmó que era una idotez invertir una fuerte suma en un túnel de viento.

Es cierto. Desde hace tiempo se está recurriendo a los programas CFD y de diseño por ordenador para ahorrar tiempo y dinero. Y lo de prescindir de túnel de viento es algo que se lleva diciendo desde hace más de dos décadas; hace ya 30 años que oí hablar de ello por vez primera. La sorpresa de las declaraciones de Marko se deben sobre todo porque Red Bull está invirtiendo una enorme cantidad en un nuevo túnel de viento.

Las palabras de Marko, sin embargo, son baladíes… aunque lo de prescindir del túnel de viento es todavía una exageración… al menos mientras todos no prescindan de la costosa herramienta.

Para Toto Wolff, el secreto de Red Bull es que ha logrado una correlación espectacular entre los datos de simulación y los de la pista. Las discrepancias que puedan existir siguen una pauta lógica y eso permite ahorrar mucho tiempo y dinero en los diseños y sus evoluciones. El túnel de viento sirve para las comprobaciones.

No sólo esto, sino que también funciona a la inversa. Es el que mejor traduce los datos de la pista para emplearlos en simulaciones y diseños futuros. Y ahí está quizás el secreto de que fueran los que mejor y más rápido resolvieran –o al menos redujeran– el problema del porpoising.

Red Bull usa el viejo túnel de viento de Bedford, que se ha quedado obsoleto. Uno de sus problemas es que tarda mucho en estar en parámetros de funcionamiento y cuando las horas de túnel están limitadas, este retraso puede ser un problema grave.

Pero el túnel de viento es sólo una parte del nuevo ‘proyecto global’ de Red Bull. Se construyó junto a la sede de Milton Keynes, donde también se está construyendo la nueva ‘factoría’ de Red Bull Powertrains.

La idea es clara: todos juntos, todo al alcance de la mano; que conversar con los responsables de las diversas áreas sea tan sencillo como andar unos metros por un pasillo y abrir una puerta.

La unidad de diseño, el túnel de viento, la sede del equipo, la fábrica del coche, la fábrica de motores. ¡Todo en el mismo recinto! Es algo que sólo tiene Ferrari.

Es el legado de Dietrich Mateschitz. Montado el equipo que debe dominar la próxima era de la F1, la que comenzará en 2026. Un nuevo túnel de viento lleva al menos dos años en ser operativo. No sólo hay que construirlo, sino además calibrarlo. Precisamente los problemas de correlación de datos es uno de los más graves y recurrentes a los que se enfrentan los equipos de F1. En Ferrari lo saben muy bien.

Da la impresión de que en Red Bull ya no piensan en ganar la guerra de esta segunda parte de la era híbrida, la que ha comenzado este año; saben que la tienen ganada. Pero se preparan ya para ganar la siguiente.

Una nueva era que comportará dos desafíos importantes que poco tienen que ver con la tecnología. De una parte, el Dr. Marko está cercano a los 80 años… y en 2026 tendrá 83. De ahí que haya lanzado el globo sonda de las bondades que tendría Sebastian Vettel para ocupar su puesto en el futuro. De otra, Adrian Newey tiene ya 63 años y en 2026 cumplirá 67.

En Red Bull están rearmándose para las nuevas batallas. Y a la vez están preparando un relevo ordenado. En eso, seguro, no piensan copiar a Ferrari. El ejemplo de lo que ha conseguido Toto Wolff en Mercedes parece mucho más factible.

Da la impresión de que Dietrich Mateschitz llevaba pensando en todo esto desde hace tiempo. Su legado, en la F1, es precisamente esto: dejar un equipo que seguirá siendo ganador en el futuro. Él no estará, pero sus coches seguirán ganado.

Y uno se pregunta qué habría pasado estos años de dominio Mercedes si Red Bull hubiera tenido un motor a la altura, no el Renault en los inicios y el Honda… que sólo logró estar a la altura en 2021 y ya se vio el resultado.