Mercedes fantasea con convertirse en una boutique aeroespacial

29/06/2020 08:14

La idea es poder seguir contando con todo el personal altamente cualificado, cosa que sería imposible con las limitaciones de presupuesto acordadas por la F1. Los equipos grandes, si no encuentran alternativas, se tendrían que desprender de entre 300 y 400 técnicos altamente cualificados.

En Ferrari parece que tienen claro que la única alternativa viable es el Mundial de Resistencia. El sueño sería, obviamente IndyCar, pero el hecho de tener que conformarse con un papel de motorista, como hacen Honda y Chevrolet, –la IndyCar ya ha dicho que quiere proseguir con un chasis Dallara para todos– no parece que les entusiasme.

En Mercedes, el discurso es diferente. Ya están en dos especialidades deportivas de alto nivel, la F1 y la Fórmula E, y dejaron el DTM porque no podía cumplir sus expectativas. Es cierto que siempre queda la puerta abierta a Le Mans, pero los dirigentes de Daimler, junto a Toto Wolff, estudian vías inéditas.

"Estamos estudiando distintas posibilidades. No vamos a construir cohetes, pero podemos ofrecer nuestros servicios tecnológicos a los que estén interesado en hacerlos", ha adelantado Wolff. Una frase que dejaría obsoleto el argumento de Flavio Briatore cuando, al frente de Renault, propugnaba la limitación de la aerodinámica y su preponderancia en la F1: "Mi empresa fabrica coches no cohetes".

En otras palabras, lo que cavila Toto es ofrecer a posibles clientes una ingeniería a la carta. Emplear gran número de ingenieros cuando hay necesidad de ellos y dedicarlos a otras actividades para clientes cuando la carga de trabajo lo permita.

No es una posición nueva. Red Bull tiene separado su centro tecnológico del equipo y ello le ha permitido trabajar con Aston Martin para el proyecto Valkyrie. Racing Point apoyará, sin duda, a Aston Martin en proyectos nuevos. Y está el caso de Williams, con sus filiales tecnológicas que han trabajado para muchos clientes –incluida la Fórmula E o el eTCR–. También McLaren cuenta con un departamento tecnológico que ha hecho tanto centralitas para la Indycar como baterías para la Fórmula E.

En el caso de Mercedes, el interés, según La Gazzetta dello Sport, se centra en el tema aeroespacial. Toto ha dicho que hablar de ello "sería, sin duda, excesivamente precoz" y ha señalado que su intención, en todo caso, no sería la misma que tiene Elon Musk, el patrón de Tesla, que acaba de lanzar su primera nave comercial.

"Queremos ser una especie de boutique de ingeniería y altas prestaciones. Lo que queremos hacer es contribuir a mejorar las prestaciones por tierra, mar y aire, y posiblemente también en el espacio", ha destacado Toto.

El jefe austríaco ha admitido que una agencia que quiere vender viajes al espacio les ha sondeado con vistas a una posible colaboración.

¿Locura? Quizás no tanto. Hasta 2013 Daimler tuvo diferentes intereses en la industria aeoronáutica y aeroespacial, incluida una participación en el consorcio Airbus.

Aunque muy distinta, la situación recuerda a lo que sucedía en los años 60 y comienzos de los 70. Durante el invierno los fabricantes de chasis necesitaban muchos mecánicos para construir sus coches de Fórmula Ford, F2 o F3 y fichaban durante tres meses a los mecánicos de los equipos porque en esa época del año no había carreras y no tenían trabajo. Ganaban todos: los mecánicos porque trabajaban todo el año; los equipos porque se libraban de pagar salarios a personal que quisieran mantener y los fabricantes porque contaban con expertos en montaje en el momento en el que los necesitaban.