Honda y Red Bull preparan su futuro

07/10/2017 23:25

Hay dos motivos por los cuales los aficionados españoles nos alegramos por ello.

El primero, que Fernando Alonso dispondrá, a priori, de un mejor motor –McLaren abandonará Honda y montará Renault–, y si bien optar a las victorias no será nada fácil e incluso pensar en podios habituales no parece lo más probable, por lo menos puede estar cerca del cajón algunas veces y estar en los puntos de forma habitual.

El segundo, el salto de Carlos Sainz –por un año, de momento– a Renault, dejando Toro Rosso, un equipo con posibilidades limitadas, y entra en un equipo 'oficial de fábrica', a priori con posibilidades mayores que Toro Rosso, aunque todavía está en fase de construcción, crecimiento y consolidación.

Y también hay un peligro, reconocido por los máximos responsables de McLaren. “Si el motor Honda es mejor que el Renault el próximo año, se nos podrá cara de tontos”, admitió Zak Brown. A ellos, McLaren, y a Fernando Alonso. También a Carlos Sainz.

 

SI L’ENCERTO, L’ENDEVINO

Sin embargo, hay decisiones que se deben tomar en base a unas opciones de futuro que nadie sabe si en la práctica se cumplirán. Un poco lo que decimos en Cataluña: "si l’encerto, l’endevino" –si la acierto, la adivino–. Pero no voy a centrarme en esto, aunque en el fondo la frase va ni que pintada al meollo de este artículo.

El movimiento de Honda a Toro Rosso es un auténtico tsunami en muchos aspectos que previamente me pasaron desapercibidos.

Para Honda ha tenido que ser una humillación que McLaren 'exigiera' el divorcio y tenerse que 'conformar' con ir a Toro Rosso. ¿Es mejor esto que marcharse? Está claro que en Honda están convencidos de su potencial, de que sólo necesitan tiempo para ponerlo en valor. Al ir a Toro Rosso hacen precisamente esto: comprar tiempo.

Es una cura de humildad la de los japoneses, que muy pocos podrían aceptar. Para casi todo el mundo, marcharse, abrir la puerta de salida, cerrar la barraca, bajar la persiana, etc, hubiera sido lo lógico. Pero la lógica nipona es distinta. Es algo que todos hemos dicho –aunque sea algunas veces casi sin darnos cuenta– al criticar los métodos japoneses y hablar de su propia filosofía de competición, poco adaptados a la F1 actual.

Se dijo que Honda apostó por McLaren pensando en el pasado, en aquel McLaren-Honda que fue imbatible en manos de Senna o Prost. McLaren creía en su chasis. Honda estaba segura de su motor. Sólo les faltaba un piloto y el único campeón libre era Fernando Alonso. Tres pilares para una estructura vencedora… sólo que uno no era de hormigón armado y otro quizás necesitaba algún refuerzo.

Ahora, Honda cambia totalmente de actitud. Un equipo, Toro Rosso, sin los medios ni la estructura de McLaren; un equipo modesto que difícilmente podrá llegar en dos o tres años a ser ganador, suponiendo que el motor japonés dé la talla.

Y, además, renuncia a tener un piloto ganador, un auténtico líder capaz de empujar desde la pista el proyecto. Ni Pierre Gasly ni Daniil Kvyat son capaces de ello, de ahí que el abrir la puerta a Carlos Sainz me ha sorprendido un tanto.

En otras palabras, una apuesta de perfil bajo por parte de Honda para trabajar duro y, sobre todo, con tranquilidad. Trabajar a su aire, con tiempo y progresar.

Da la impresión que en este juego no es desinteresado por parte de Red Bull. Cambia el rol de Toro Rosso: de forjador de pilotos a banco de pruebas de motores. Y sin correr riesgos excesivos para su jefe de equipo.

 

¿ESTÁ RED BULL REPLANTEADO SU FUTURO?

En la cúpula austríaca tienen muy claro que con las reglas actuales –y las del próximo futuro– es imprescindible ser ‘equipo de fábrica’, que deben buscar un sustituto a Renault. Esto lo tienen claro desde hace tiempo, pero ahora ya hay fecha: 2019. La próxima temporada es la última con el motor francés. Ya es oficial. Y necesita encontrar sustituto a sabiendas de que ni Ferrari ni Mercedes le suministrarán propulsor, al menos no su mejor motor. De hecho, tanto en Brackley como en Maranello están deseando sacarse de encima a un equipo que no es ni gran constructor ni un garajista, sino un ‘equipo comercial’.

Red Bull busca así su camino. Un camino que comporta muchos cambios. Por ejemplo, ya acepta patrocinadores. Lo mismo que en su día hizo Benetton. De patrocinador, a equipo propio patrocinado ‘en casa’. De éste, a un equipo con su nombre pero con patrocinadores externos jugando un importante papel. Y finalmente vendido a su motorista, Renault…. ¡justo con la entrada de Fernando Alonso, aunque fuera como tercer piloto en un año de formación, 2002!

¿Es este el movimiento de futuro a la vista?

Es cierto, Aston Martin y Red Bull tienen una alianza y los británicos dicen que pueden entrar en F1 en óptima 2021, con el cambio de reglas. Pero todo me parece más una maniobra táctica de Red Bull, la de tener ‘hilo directo’, voz, en el Grupo de Estrategia de la F1 -ahora cuestionado- y decir la suya en el desarrollo del reglamento técnico del futuro motor.

Hoy yo apuesto por la pista Red Bull-Honda y con un repescado Carlos Sainz al volante: Max Verstappen tiene muchos novios de una parte y la parece Verstappen-Ricciardo no me extrañaría que tuviera fecha de caducidad.

Una pista que vale la pena seguir en los próximos seis u ocho meses.