Las dudas de Honda sobre 2021
Obviamente la postura de Honda tiene que ver casi exclusivamente con las reglas de los motores. La continuidad de las reglas actuales parece establecida, pero hay detalles que preocupan y que pueden cambiarlo todo y el detalle clave es la congelación del desarrollo de motores o, al menos, de los motores térmicos.
Es una posibilidad que a Ferrari y Mercedes no les molesta, que sorprendentemente Renault aceptaría, pero con la que Honda no parece dispuesta a tragar.
"Una congelación de desarrollos sólo puede funcionar si el nivel de prestaciones es uniforme. Actualmente Ferrari está claramente por delante de todos. En clasificación nos sacaban ocho décimas de segundo sólo en la recta. Mercedes también estaba por detrás en clasificación, pero en carrera estamos cerca de ellos. Honda espera las reglas nuevas y decidirá en consecuencia", ha señalado Marko.
Obviamente, para Honda es inaceptable que les aten las manos y no poder trabajar para paliar la diferencia. Si ese fuera el caso, habría llegado el momento del 'apaga y vámonos'.
Siempre me he preguntado la razón por la que se permiten todas las evoluciones aerodinámicas y por el contrario, se coartan las mejoras de los motoristas. Es algo sencillamente absurdo y esto dibuja un panorama no precisamente brillante.
Dudas sobre la continuidad de Honda que se añaden a las incertidumbres sobre el futuro de Renault. ¿Se imaginan dos adioses de este calibre? Es una situación quizás poco probable, pero lo suficientemente preocupante como para tenerlo en cuenta como posibilidad.
No me preocupa mucho el de Renault, sí el de Honda: porque sus implicaciones con Red Bull son muchas y plantearía ciertas dudas a Red Bull sobre su continuidad; no está muy claro que a los austríacos les cuadre asumir de nuevo el papel de equipo cliente, ni que Mercedes o Ferrari estén dispuestas a darle sus motores… A no ser que Mercedes decidiera 'aparcar' su equipo y continuar sólo como motorista y convertirse en el 'Cosworth' de la próxima década… O que Renault piense que esos diez posibles futuros equipos que les han sondeado para usar sus motores les lleve a ocupar ese rol.
Bromas aparte, en una Fórmula 1 donde el motor tiene importancia capital y el coste del mismo es disuasivo para atraer a motoristas nuevos e inabordable para los independientes, está claro que la cuestión no es baladí.
Si el congelar el desarrollo –cosa que se hizo en cierta forma hace muy pocos años al obligar a homologar los motores tras los test de invierno– es entendible desde el punto de vista financiero, es poco justificable desde el punto de vista deportivo si no hay equidad y, desde luego, desde el punto vista tecnológico, es un tanto inaceptable.
Quizás con ello, los aficionados tengan un poco más claras las dificultades para llegar a un consenso sobre este tema.
