Hacia un año sabático no deseado en los deportes de motor

07/04/2020 10:51

Los indicios son claros. En Japón admiten ya la posibilidad de decretar el confinamiento y Honda ya ha dicho que sus técnicos sólo irán a los circuitos cuando haya seguridad total. ¿Se podrá correr sin Red Bull y AlphaTauri, que usan los motores japoneses?

Dorna ya ha asegurado que no descarta la posibilidad de tener que suspender la temporada de MotoGP, y uno de los equipos estrella, Ducati, les respalda. Está claro, si Japón decreta confinamiento –la experiencia nos dice que cuando se decreta, hay para dos meses mínimo– las tres grandes marcas de aquel país estarán confinadas… aunque el material esté en Europa.

En Canadá están las fronteras cerradas desde hace casi un mes y no hay visos de levantar la prohibición a la entrada de extranjeros –excepto estadounidenses– en las próximas semanas y han comenzado a suspenderse en el país los eventos de junio, incluido el Festival de Toronto a finales de mes. Es más, Roger Penske ha anunciado la anulación del GP de Detroit, la carrera doble de la Indycar, también a primeros de junio.

Pero, sobre todo, no deben caer en saco roto las palabras del canciller de Austria, Sebastian Kurz. Éste no tiene pelos en la lengua, llama a las cosas por su nombre, no intenta dismular los temas bajo palabras diplomáticas. El canciller austriaco no espera que se reanuden los viajes internacionales hasta que haya vacuna contra el coronavirus en el mercado. Entiende que aunque la situación sanitaria y económica mejores en un país, seguirán las restricciones para los grandes desplazamientos, sobre todo los transfronterizos y las grandes manifestaciones.

"Las fronteras sólo se abrirán si hay vacuna", señala claramente Kurz. Aunque hay visos de que pueda haber algún medicamento de bastante eficacia en los próximos meses, su distribución masiva tardaría un poco más. Y la vacuna puede tardar un año, incluso año y medio, pese a lo rápido que se trabaja en ella.

Está claro, tras estas palabras, que el GP de Austria no está ya precisamente en el limbo, sino que a un pequeño paso, muy pequeño, de aplazarse.

Hay que tener en cuenta, además, los ERTE –bueno, su equivalente británico– que ya han declarado tres equipos de Fórmula 1. Una vez se levante el confinamiento, tendrán mucho trabajo que hacer para estar listos; no será ni en una ni en dos semanas. Los circuitos deberán reactivar la organización de sus pruebas y vender las entradas… porque no los imagino corriendo a puerta cerrada; en lo económico es inviable y la familia de la F1 debe poder viajar sin restricciones.

Son muchos factores que deben alinearse, con el agravante de que no están sincronizados ni geográfica ni temporalmente.

¿Cuándo veremos luz al final del túnel? Es difícil decirlo. Desde luego es complicado antes de junio, cuando está prevista una cumbre de las autoridades sanitarias y políticas europeas. En ella se espera que puedan adoptar recomendaciones claras sobre los países que tienen la pandemia bajo control y puedan pensar en abrir sus fronteras al menos a ciudadanos de otro país que también lo tengan controlado. Y el canciller austriaco recomendó a sus paisanos que planeen sus vacaciones en el país y les dijo que sólo en otoño podrán comenzar a pensar en viajar a otros países que se consideren seguros.

Quizás sea muy pesimista el canciller austriaco, aunque después de ver cómo las previsiones de mejora van postergándose siempre, incluso reemprender la actividad sólo tras el verano puede parecer incluso esperanzador.

Quizás los pronósticos de una minitemporada de diez Grandes Premios a lo sumo no sea agorero ni descabellado, mejor eso que nada, pero los nubarrones de un obligado año sabático siguen amenazantes en el horizonte.