Dakar: Toyota, ante su gran oportunidad

03/01/2019 08:02

En Toyota ha sonado el grito de guerra: "¡Ahora o nunca!". Los japoneses nunca han ganado el Dakar, al menos no han logrado la victoria absoluta y no ven el momento de conseguir esta victoria que les ha sido esquiva.

La presión es notable. La temporada pasada fue de éxitos para la marca. El título mundial de constructores de rallies y por fin el gran sueño de ganar las 24 Horas de Le Mans, una quimera perseguida por décadas.

La situación antes de este Dakar es similar a la de Le Mans: un desafío a superar. Si sobre el asfalto de La Sarthe no tenían a más enemigos que ellos mismos, en el Dakar se enfrentan a una competencia en horas teóricamente bajas. Peugeot ha abandonado la competición y si Sébastien Loeb dispone de un 3008 DKR es un coche de hace dos años y de gestión privada; los dos ejemplares del modelo del pasado año están en manos de un equipo privado. Y la armada Mini, con una formación estrella –Stéphane Peterhansel, Carlos Sainz y Cyril Despres– no tiene claro que el nuevo buggy, estrenado el pasado año, sea suficientemente fiable.

Bueno, si Mini alinea a dos ganadores del Dakar –Sainz y Peterhansel–, tres si tenemos en cuenta a Nani Roma, que va con un Mini clásico 4x4 que puede tener dificultades en la arena, ellos también tienen a dos ganadores en sus filas, Nasser Al-Attiyah y Giniel de Villiers.

Sobre todo. tienen la confianza del pasado año cuando a Nasser y Giniel sólo fles superó Sainz. "El pasado año estuvimos muy cerca de ganar. Tuvimos un problema con un neumático que no habían probado lo suficiente y Nasser perdió mucho tiempo en una de las primeras etapas porque desllantó, pero fuimos capaces de ganar seis de las 13 etapas".

En overdrive se está muy tranquilo en este aspecto. Saben que no son el programa deportivo estrella de Toyota –la marca está oficialmente en el WEC y en el WRC–. Ellos dicen que sólo el motor, los faros y los pilotos traseros son de Toyota; el resto, piezas originales.

Los coches oficiales vienen de Sudáfrica, pero el montaje final y la gestión del equipo corren a cargo de los belgas de Overdrive y el motor llega de Japón. La estructura de Overdrive, además, se ocupa de 11 coches de clientes que se fabrican en Bélgica.

Sus cartas son claras. Apuestan todo por Nasser, evitando peleas internas entre compañeros. Y Nasser es posiblemente el piloto más experto en dunas. Tienen un material eficaz, competitivo y probado. El año pasado el chasis multitubular del tercer piloto, Ten Brike, acabó con algunas fisuras y este año se ha trabajado para robustecerlo. Entre esto y que habrá mucha arena, menos piedras y zonas rompedoras y mucho menos kilometraje de competición, están tranquilos en este aspecto.

El Toyota no es un buggy. Conserva la tracción a las cuatro ruedas con diferencial central y motor delantero "aunque este año hemos intentado retrasarlo al máximo". Es un V8 de gasolina, con un consumo mayor que un Diesel. Y esto puede ser clave porque en arena el consumo acostumbra a dispararse.

Jean-Marc Fortin, el patrón de Overdrive, está tranquilo. "Formamos parte de la familia Toyota Gazoo, pero no somos el programa oficial. Ellos se centran sobre todo en el WEC y el WRC. Y en cualquier caso, he vivido demasiados Dakar como para decir que es ahora o nunca. Podemos sentirnos orgullosos con lo conseguido hasta ahora".