98 OCTANOS

Si yo fuera Carlos, me tomaría un Red Bull

12/08/2016 20:30

Carlos Sainz deshoja la margarita entre Red Bull y Renault, entre un 2017 mejor que este año y la perspectiva de un posible, aunque no fácil, al equipo titular austríaco desde Toro Rosso, a un 2017 de transición en Renault, con las esperanzas puestas en 2018 como muy pronto y 2019 con mayor probabilidad. Es la elección del millón.

La elección de Carlos Sainz no es fácil. A estas alturas, un error –de no contar con un fuerte patrocinador detrás– puede ser irrecuperable y eso los Sainz y su entorno lo tienen muy claro. Como tienen claro que el contrato está en vigor y que Toro Rosso cuenta con el madrileño.

Personalmente, apostaría por la carta de que Carlos se quedara aún bajo el paraguas, por pesado que sea, de Red Bull antes que emprender una aventura incierta. 

Unas palabras recientes de Carlos deben ser tomadas muy en cuenta con vistas a 2017, cuando Toro Rosso volverá al redil del motor francés, se apoyará tecnológicamente en Red Bull para chasis y aerodinámica con los que Sainz espera "poder batir a equipos como Force India o Williams en 2017".

"Será positivo el cambio de motor y disponer del mismo que Red Bull. Esto nos permitirá colaborar de forma más estrecha con ellos. Ahora, nuestro coche es totalmente diferente".

La decisión de James Key de quedarse en el equipo –parece que está llamado a ser en un próximo futuro el sucesor de Adrian Newey– es otra garantía.

"Este año ha demostrado que en Toro Rosso podemos hacer un gran trabajo. Creo que tenemos el cuarto o quinto chasis de la F1 y una aerodinámica aún mejor. Pese a nuestra falta de potencia, estamos sumando resultados".

A Sainz no se le escapa que el retorno al motor Renault no es un capricho, sino que se debe a una decisión estratégica que sólo puede beneficiar a Toro Rosso. La firma austríaca ha decidido estrechar la colaboración entre sus dos equipos, como existió en un principio hasta que la FIA torció el morro. Ahora, a imagen de lo que Ferrari y Haas están haciendo, quieren aprovechar la coyuntura y subirse de nuevo al carro de la colaboración.

Cuestión de sinergias destinadas a 'aligerar' presupuestos e inversiones y hacer que Toro Rosso gane competitividad y pueda optar a mayores 'dividendos' de los derechos comerciales de la FOM. 

"Cuanto más nos apoyemos en Red Bull más cerca podremos estar de la cumbre, de batir a Williams o Force India. Espero que podamos hacerlo en 2017".

 

AVENTURA INCIERTA

El tema de Renault es una aventura incierta, por más que Carlos Ghosn parezca decidido a apostar a fondo.

El plan inicial de inversión a cinco años ha sido acortado. La cifra restaría la misma pero el plan debería ejecutarse en menos tiempo. Y es que la situación es clara: se parte de una posición, la de Lotus, que está claramente sobrepasada. Suficiente quizás para un equipo privado, pero lejos de los estándares necesarios para un equipo de fábrica y que, además, quiere ser ganador o como mínimo protagonista a medio plazo.

Con 200 millones de Renault, unos 40 ó 50 de patrocinadores y los derechos comerciales, el equipo podría permitirse disponer de un presupuesto cercano, incluso superior, a los 300 millones de euros. Resta por saber si esa cifra es sólo para el equipo de F1 o incluye el departamento de motores, en cuyo caso habría que añadir lo ingresado por ser proveedor de Red Bull y Toro Rosso.

Pero hoy por hoy, en Enstone se está, tanto a nivel de medios técnicos como humanos, claramente por debajo de las exigencias de la F1 de vanguardia. Hay que invertir en útiles de vanguardia y sobre todo hay que reunir un equipo técnico de primer orden. 

Ésta, la de completar el organigrama técnico, es la tardea más complicada y en la que Cyril Abiteboul. "Algunos técnicos están bajo contrato y deben respetar el período de 'hibernación'. Pero antes hay que seducirlos, convencerles. Quizás no hemos sabido comunicar lo implicada que está Renault en el proyecto".

Y es que en el aire hay un interrogante que pesa como una losa: ¿Puede permitirse Renault estar dominada por su cliente Red Bull? Mercedes y Ferrari ya respondieron a la pregunta, negando sus motores ‘para negra’ al equipo propiedad de Dietrich Mateschtiz. A igualdad de motor, nadie parece capaz por ahora de igualar la eficacia de los chasis realizados por Newey. Y ello plantea interrogantes de continuidad sobre la implicación de Renault a largo plazo.

Dicho de otra forma. Si yo fuera Carlos me 'tomaría' un Red Bull, aunque fuera en versión italiana. Claro que él tiene seguro muchísima más información y nosotros sólo juzgamos por lo que se ve desde fuera.