Virutas de Goma

Nuevos tiempos, nuevas reglas, nuevas formas… y nuevos errores. La F1 nos seguirá excitando, pero desde luego es otra cosa

José M. Zapico
09/02/2014 21:59

Coches con morro de indudable origen fálico y cornamenta anterior que les aportan cierto aire a máquinas de asedio medieval. Ingenios que nunca antes han sido tan lentos y que por poco no los pillan los de la categoría inmediatamente inferior costando unas... 200 veces menos. Escapes que apenas emiten ovejunos balidos en lugar de un anonadante rugir como los Tyranosaurius Rex de la velocidad que son. Pilotos que no son los mejores del mundo sino los más ricos. Equipos condenados a ganar y otros a perder de manera estructural ad aeternum. Carreras en las que el arte consiste en salvaguardar la integridad de unos neumáticos pensados esencialmente no en durar más, o adherirse al suelo cual percebes gallegos, sino a agarrar menos con una alarmante obsolescencia programada a poco más de cien kilómetros de vida. Motores que consiguen una cuarta parte de su poder robado a los frenazos, y coches que en lugar de gotear aceite, gotean voltios; si antes te pegabas un mal resbalón, hoy te pueden meter un chispazo con el que se te puede quedar la mano haciendo los cuernos pa siempre, como Igor, el lacayo del Jovencito Frankenstein. Y lo peor de todo: ¡hay que ayudarlos para adelantar! El grito hipohuracanado de críticos, observantes y negacionistas es: esto ya no es lo que era. Y es que efectivamente, la F1 antes era otra cosa.

Como buenos enfermos de velocidad, seguiremos poniendo el despertador a horas infames para ver la salida en sitios de esos que ni siquiera están en la Wikipedia, pero esta F1 se esta convirtiendo en una situación parecida a engancharte una rubia de bandera en un garito de copas de Puerto Banús, y despertarte con un travesti, que por cierto, la tiene más grande que tú. 

La Formula 1 nos seguirá enamorando, nos levantará del asiento cuando Alonso adelante a media docena con dos ruedas por el sembrao, Frigodedo sacará su índice a pasear, Adrian Newey nos seguirá maravillando con su ingenio, y nos echaremos las manos a la cabeza cuando alguno se ponga su bólido de sombrero... pero si Enzo Ferrari levantara la cabeza ahogaría con sus propias manos a Bernie, Todt, y a todo el que se cruzara por el paddock antes de que le detuvieran los Carabinieri. Lo malo del tema es que esto no es que sólo lo parezca, sino que es que SI es la F1. 

Las dimensiones de la vida no son tres, sino cuatro. Altura, anchura fondo... y tiempo, con una salvedad: esta última sólo avanza en una dirección, y esa es únicamente hacia delante. El mundo está condenado a avanzar, y con ello un deporte cuyas reglas se revisan de manera ineludible cada doce meses, incluso a veces cada menos tiempo. El árbitro de la contienda, la FIA, mete la mano por detrás del muñeco regulatorio con dos finalidades esenciales: preservar la seguridad de todos los habitantes de los circuitos -pilotos, mecánicos, comisarios, público- y por otro lado intentar que el pelotón se mueva en grupo, que nadie se escape, y que los rezagados no se queden demasiado atrás. A veces se consigue y a veces no, pero ese es el plan. Año a año ese plan ha ido retocándose y el resultado de tanta cirugía estética es algo que vagamente se parece a las carreras que la categoría disputaba en... er... ¿principios de siglo? El XXI le ha sentado mal a los pilares de la categoría, y tras las últimas modificaciones la esencia del olimpo de la velocidad nos resultan como la sopa de sobre. Huele a sopa, tiene aspecto de sopa, en la caja del Mercadona donde venía dice que es sopa... pero nos sabe a jarabe para la tos. 

Los rectores del deporte han perdido una oportunidad de oro de corregir ciertas malas tendencias y han alargado aún más las que ya sabíamos que desvirtuaban la-competición-antes-conocida-como-F1. Ahora lleva su pegatina pero... es una extraña mezcla de prueba de resistencia, ejercicio de ortodoncia en los incisivos, pirueta ecologista, demostración tecnológica, y paseo en el Prius de un taxista de aeropuerto a punto de jubilarse. 

No, no es fácil. El plato de la FIA no es del gusto de cualquiera, y aunque visto desde fuera nos parezca un cagarro, hay que tener en cuenta que los que se sientan en la plaza de la Concordia parisina tienen más información que todo aquel que pise fuera de su edificio, y ellos saben más, y mejor, lo que no quita que el resultado no guste a casi nadie.

Nos acostumbraremos a un sonido envuelto en la bandera del arco iris de los Locomía, los coches terminarán corriendo cuando las escuderías den con los misterios de la nueva aerodinámica, el consumo acabará dejando coches tirados en las cunetas más rápidas del mundo pero los listos de la clase pisarán el podium, y en conjunto, el cuerpo se nos hará a todo esto, incluso a ver autobuses o camiones con los motores de un F1 mostrando orgullosamente una pegatina en el maletero. 

Disfrutaremos, si, pero será de otra manera. Y si no, siempre nos quedará la opción de pincharle unos buenos cascos a Youtube y comprobar que cualquier tiempo pasado... fue distinto.

 

PD: Señores de la FIA, piensen un poco en la deriva que está adquiriendo este jaleo. Si, ya sabemos, hay muchos intereses y de este filete tiran muchas manos y desde muchos extremos, pero hagan un favor al negocio y miren a largo plazo. Olviden por un momento lo que quieren unos y otros, equipos, financieros, patrocinadores, Bernie y todos... piensen que esto tiene que durar, y trabajen en este sentido. Si no aportas una solución, es que eres parte del problema, así que sin ser un lince, podemos aportar varias ideas. Lo del cost-cap ya la hemos comentado antes, lo de escalar e igualar los premios con menos a los de arriba y más a los de abajo es otra, lo de distribuir más piezas comunes, lo de reducir las posibilidades en los cambios de alerones durante el año, lo de concentrar la aerodinámica en el cuerpo central del monoplaza, lo de limitar el número de mendas de cada equipo en las carreras, lo de buscar algo de coherencia geográfica en el calendario, lo de reducir y limitar el acceso a rookies por logros recabados de manera ineludible y que repita curso el que no trae la experiencia necesaria... 

Tenemos más ideas y se las regalamos de gratis a los mandamases. Razón en info@virutasdegoma.com