Bienvenidos al año del caos

Ingenieros taquicárdicos, túneles de viento sin luz al final, experimentos mil

José M. Zapico
14/01/2014 13:01

Están pariendo, echando humo, duermen a cama caliente como en los submarinos. Los ordenadores de CFD hierven, las seseras pierden cabello y nadie ve la luz al final de los túneles de viento, porque es que no la hay, no como en los cortometrajes de Iker Jiménez. Los ingenieros de la F1 están en pleno maratón de diseño. 

El fregao técnico a cuenta del cambio normativo es de dimensiones bíblicas y un error de concepto como los radiadores en "ele" de McLaren o las suspensiones tipo pull rod que poco o ninguna ventaja han aportado a algunos o emular la configuración en cuña de los Red Bull que intentaron imitar otros, puede mandar al carajo no una temporada, sino lastrar la siguiente como le ha pasado a los de Woking en el bienio 2012-2013. 

Pequeñas variaciones en
las condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro

A nadie escapa que la F1 acaba de adentrarse en una de sus temporadas más complejas, desasosegantes y laboriosas de las últimas décadas; un paso del que se sabe cómo se está entrando, pero no cómo se va a salir, y esto es algo que aterra a los técnicos. Es lo más parecido que hay a la llamada Teoría del Caos. Consultado un experto en la materia, la Wikipedia, la citada teoría consiste en que "pequeñas variaciones en las condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, imposibilitando la predicción a largo plazo".

Ni Sandro Rey, ni reputados echadores de cartas, o ni siquiera un John Barnard o Gordon Murray que vengan de vuelta a los circuitos podrían predecir lo que puede salir de aquí. 
Se sabe que hay equipos trabajando en sus coches de esta temporada no desde el verano de 2013, sino desde antes, probablemente finales del verano de 2012, porque de lo que hagan bien o mal ahora, puede llegar un lustro de padecimientos al estilo de Williams, uno de los paradigmas de los que los equipos de delante huyen como de caer en una piscina de ácido sulfúrico. Los de Grove se atascaron en un inicio de crisis deportiva, que les llevó a una crisis financiera, que les llevó a una crisis deportiva más gorda y así sucesivamente en un círculo vicioso hasta verles arrastrarse dolorosamente en la zona baja de la tabla. 

Al haber cambios mayores, hay oportunidades mayores también, pero mejorar lo bueno es complicado y a medio plazo los equipos bien plantaos no deberían tener problema en mantenerse ahí. Pero se abre ahora una oportunidad a los medianeros que sin traen alguna idea verdaderamente buena pueden pegar un chuscazo en la mesa y tener su momento de gloria como lo tuvieron en su momento Jordan, BMW-Williams o de manera muy puntual Force India o Sauber

Fueraparte del tema motores y gestión técnica del ERS, los campos de batalla fundamentales de este año van a ser tres: ala delantera, las calores y las arruedas delanteras. Adiós a los escapes soplones, complejos de entender y terriblemente experimentales en todos los casos, adiós a un 30% de agarre aerodinámico, adiós al efecto Coanda, adiós al Monkey seat. Hola a cosas como un ala frontal, el elemento aerodinámico más importante de todos, que ahora es menor pero añade algo novedoso: deja los endplates abocando aire freno a ese muro de goma llamados ruedas.

El problema es que hasta ahora las alas 'cubrían' toda la sección del neumático frontal de igual manera. En lo sucesivo, aire fresco, y aire aeroviciado por este apéndice refrigerarán media rueda, y la otra se calentará en la medida en la que el éter apenas la toque. Para calentarla de manera más eficaz en los primeros compases de su vida útil habrá que crear un coche muy subvirador, para que se apoye más de delante, y la goma adquiera una temperatura idónea pero el otro lado quedará aún más caliente y bla, bla, bla.... todo se complica con un inesperado y desagradable efecto colateral de esta nueva y reducida ala. El reglamento no da como para semicarenar la goma, pero si como para que haya una pequeña revolución en esa zona, y es por ello que Ferrari trabaja afanosamente en este elemento y tiene depositadas enormes esperanzas en él... ¿pero será mejor que lo que sean capaces de crear los de Red Bull, que parecen haber sido los que parieron el propio aire en las últimas temporadas? 

Otro campo clave del año es la refrigeración. Se habla de radiadores mixtos aire-agua, aletas sobredimensionadas y/o microdimensionadas. El caso es que el sistema de refrescar los sudorosos motores turbo que vamos a ver durante al menos un lustro (y presumiblemente dos) van a derretir todo lo que tengan a su alrededor. A más calor, menos rendimiento y mayor riesgo de rotura; a menor temperatura del conjunto, más tiempo se podrá mantener el paquete a altas vueltas, con mayor energía producida aunque también mayor consumo. 
La tercera pata de la que pocos hablan pero muchos barajan es la gestión en pista del ERS. Se habla de sus 160 caballos, y de los 33 segundos teóricos de funcionamiento... teóricos, porque lo limitado por reglamento es su potencia, pero no cómo se usa. Pueden ser 160 jacos durante 33 segundos, u 80 durante 66, y esto abre un abanico de posibilidades a la hora de que el ingenio achuche cual pila de chinos en mitad de las propias curvas si es que el coche es capaz de administrar esa fuerza extra al suelo.

El jaleo se extiende pues a tarea extra para carreristas que tienen que cambiar su manera de pilotar con gomas mucho más duras, un tercio menos de agarre aéreo, limitando ahora el consumo como si fueran un estudiante a finales de mes, y controlando un par de potencia que muchos sospechamos van a dejar peladas las gomas en la propia salida de puro brutal.
 
En resumen: 

SE VA A HABÉ UN FOLLÓN (y dentro de él va a haber sorpresas, agradables y desagradables)

A finales de los 70' una teleserie, como ahora "Breaking bad", "Juego de tronos" o "Doctor House" disfrutó de las mieles del éxito. Parodiaba las pelis de espías enfrentando a la organización de los malos, 'Caos' contra la de los buenos, 'Control'. Pues estamos justo en el paso de lo segundo a lo primero, del control de unos pocos, a un caos que se les puede atragantar a los habituales protas, y dar alas a oportunistas ratones coloraos.

El oficio encubierto del protagonista de la serie, el SuperAgente 86 MaxWell Smart, era vendedor de postales. Pos bonita postal les va a quedar a los que en la jungla tecnológica no se espabilen o introduzca una de sus extremidades inferiores hasta el cuezo, o sea, que metan la pata. Pavor en las oficinas de diseño.

Por cierto, ¿sabías que la palabra 'stress' tiene origen en el mundo ornitológico y define el estado de nervios y sudores fríos que tienen las gallinas cuando están a punto de poner un huevo? Pos eso. Los han puesto a parir.