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Las absurdas reglas de la F1

25/09/2016 09:45

El motor Mercedes de F1 no alcanza todavía los 1000 CV de potencia. Pero su versión ‘de serie’ para el futuro Hypercar de Mercedes AMG podría superarlos de forma clara, lo que aparentemente es un torpedo a la línea de flotación de la F1 vista como vanguardia tecnológica

Como la mayor parte de marcas de prestigio, Mercedes también ha diseñado un vehículo destinado al espectacular juego Gran Turismo de Play Station. 

El Mercedes-Benz AMG Vision Gran Turismo despertó entonces tal interés que Mercedes AMG, con la colaboración del equipo de F1, ha decidido usar el diseño como base para su futuro Hypercar, el vehículo ultradeportivo de más de 1000 CV que toda marca que se precie debe ofrecer como escaparate de su sapiencia tecnológica.

Pero también por la necesidad que pudiera tener Mercedes de ofrecer un Hypercar como el que tienen algunos de sus competidores en F1: McLaren y Ferrari, por ahora, pero pronto de la mano de Aston Martin llegará Rer Bull.

La noticia –no confirmada- lanzada por algunos medios británicos corrió como un reguero de pólvora hace unas semanas. Fue aplaudida por todos y sobre todo porque añadía que el motor no sería otro que el propulsor utilizado por los F1 actuales de la marca con 1.000 o más CV de potencia, que los más optimistas situaban alrededor de los 1.200-1.300 CV. Y avanzaban otros datos como la capacidad de frenada superior a 1,2 G a  1,5 se ha llegado a decir), un peso inferior a los 1.200 kg. y chasis de fibra de carbono ‘off course’. Una joya de la que sólo se construirían 50 ejemplares, exclusivos y de coleccionista, a un precio que podría rondar los 4.000.000 de euros, lo que le convertiría en el automóvil más caro de mundo.

 

MÁS CV EN LA CALLE QUE EN LA PISTA
Todo perfecto. Datos para aturdir, para extasiarse, pero que me llevaron a una reflexión. El actual motor de F1 Mercedes está algo por encima de los 950 CV, quizás roce los 1000 puntualmente en calificación, y las indiscreciones provenientes del equipo señalan que la barrera de los 1000 CV se superará discretamente el próximo año. Los más osados señalan que el pequeño 1.6 V6 Turbo daría unos 900 CV y que los restantes 160 vendían del sistema híbrido.

¿No hay nada más absurdo que el motor de un F1, que debe ser el no va más de la tecnología, la avanzadilla tecnológica de la automoción, de menos potencia que su versión ‘de serie’, que además debe ofrecer una fiabilidad mayor?.

Sobre el papel, una reducción al absurdo de las reglas de la F1, difícil de entender para los aficionados si no fuera porque éstos no analizan a fondo la tecnología o no van mucho más allá de la aerodinámica.  Pero nada nuevo bajo el sol: en muchas ocasiones los GT3 de competición tienen potencia igual o menor a la versión de serie a causa de la introducción de las reglamentarias bridas en la admisión por cuestión de costes, fiabilidad o igualación de motores y prestaciones de las diferentes marcas en liza.

Puede parecer una potencia osada, pero ya hace 30 años, en la primera era turbo, los motores, entonces de 1.500 cc, podían superar los 1.000 CV con creces en versión de calificación, aunque su duración era efímera.

 

LA GASOLINA, LA CLAVE
¿Dónde está el truco o la justificación de todo ello? En la gasolina. Con los motores de F1 turbo de la primera época se llegaron a usar combustibles especiales, imposibles de usar en un coche de serie, de alta densidad, que fueron prohibidos. 

En el caso actual, dejando aparte las limitaciones impuestas a los combustibles (pese a lo cual las petroleras se las ingenian para ganar 20 o 30 CV sólo con la reformulación de sus gasolinas), habría una diferencia clave entre el motor del F1 y del Hypercar: el primero tiene el caudal de combustible limitado a 100 kg/minuto en combustible, con lo cual se limita la escalada de potencia, mientras que el Hypercar sin esta limitación, podría disponer puntualmente de mayor capacidad de combustible y por tanto de mayor potencia, incluso ciñéndose al uso de gasolina comercial.

Hay otro aspecto importante a tener en cuenta. Las reglas de motores de F1 son muy encorsetadas y algunas de estas ‘apreturas técnicas’ podría ser obviada: por ejemplo se podría recurrir a doble inyección o doble encendido, soluciones que en los coches de serie son archiconocidas para conseguir dicho fin.