98 Octanos

La remontada que nunca existió

31/08/2016 12:48

La ganancia de posiciones de Lewis Hamilton –de vigesimoprimero a tercero– y de Fernando Alonso –de vigesimosegundo a séptimo– han sido calificadas de remontadas épicas. Pero en realidad ni uno ni otro ganaron muchas posiciones en pista. Las remontadas no existieron, su salto en la clasificación se debió a las circunstancias de carrera. Ambos tuvieron actuaciones de '10', pero no fueron 'sobresaliente cum laude'… o quizás sí Alonso, no por la remontada sino por la defensa numantina de su posición en los puntos en las últimas vueltas.

Tras el GP de Bélgica, el grueso de los aficionados ha aplaudido las remontadas de Lewis Hamilton y Fernando Alonso. De última fila, a segundo y finalmente séptimo en el siempre complicado circuito de Spa. Pero eso sería tanto como ignorar las circunstancias de carrera: ni uno ni otro ganaron posiciones - o al menos la mayor parte de ellas - con adelantamientos en pista, sino por aprovechamiento de las circunstancias de carrera. 

Si eso se tiene en cuenta, es cierto que las actuaciones de ambos son dignas de '10', de sobresaliente, pero quizás no de 'cum laude' que hubiera acompañado a las épicas remontadas. Éstas, abriéndose paso en la pista, no existieron. Pero, como ocurrió con el Rey Arturo, se forjan leyendas a su alrededor.

Mi primer artículo para LaF1.es se tituló 'Las posiciones camuflan, los cronos no mienten'. Se refería al sexto puesto de Fernando Alonso en Sochi, peleado y difícil, pero ayudado sobre todo por los abandonos que hubo delante.

Algo similar ha sucedido en Spa. Sólo que aquí, en las Ardenas, Fernando salía último al igual que Hamilton. Por eso no quisiera hablar de remontada épica. Como tampoco cifraría ésta como ‘Ocasión perdida para Nico Rosberg’. El alemán hizo lo que tenía que hacer: ganar. Lo demás no dependía de él, así que en lugar del manido y superfluo titular yo me decantaría por 'la ocasión arrebatada'. Quizás sea cuestión de matices pero hay un momento que éstos, los detalles, importan.

Sin estos detalles, difícilmente Hamilton hubiera escalado hasta el podio, todo lo más hasta un sexto o quinto lugar, como dije el mismo domingo: 'Hamilton, operación sexto'. Y Alonso no habría entrado en los puntos.

Todo ello no resta mérito a los pilotos, ni mucho menos. La actuación de ambos fue espectacular. Hamilton, y muy especialmente Alonso, porque su McLaren no es precisamente muy competitivo, demostraron su categoría de pilotos, de depredadores, de atacar siempre al máximo y no dejarse 'aplastar' anímicamente por las dificultades teóricamente previstas. Supieron sacar petróleo de donde no lo había y Fernando de forma muy especial defendiendo su posición ante vehículos más eficaces.

Quizás esta defensa numantina, ayudada al final por un Massa que intentaba defender su octava posición con un Williams ya renqueante en los últimos giros, ayudó al asturiano a acabar por delante de Bottas y Räikkönen.

Hamilton lo reconoció abiertamente. "No puedo creer que hayamos acabado en el podio. A priori era impensable, pero a diferencia de otras ocasiones esta temporada, ha habido un coche de seguridad y una bandera roja que nos han ayudado".

 

LA DESESPERACIÓN DA ALAS

Relegados a la última fila por sus innumerables –y tácticos en algún caso– cambios de motor antes del GP, Hamilton y Alonso eligieron la táctica 'desesperada': arrancaron con los medios en busca de un primer stint muy largo, quizás incluso una parada menos que sus adversarios. Fueron los únicos en efectuar esta elección, la del boxeador medio aturdido que aguanta como pueda soñando en un golpe milagroso que deje KO al contrario.

Lo que a priori era una opción perdedora se convirtió en ganadora gracias al encontronazo inicial, que les permitió ganar muchas posiciones inicialmente –especialmente Fernando que supo esquivar mucho mejor el caos causado por los dos Ferrari y Verstappen– pero sobre todo por el accidente de Kevin Magnussen.

Cuando aquello sucedió, salió el coche de seguridad y todos pararon para dejar en boxes el primer juego de neumáticos blandos. Corriendo con gomas medias, ni Fernando ni Lewis podrían permitirse ese lujo en la vuelta 9; tenían que aguantar porque las vueltas tras el coche de seguridad podría permitirles alargar el stint. Para Lewis, una opción interesante ya que el ritmo de Mercedes con las gomas más duras de este GP era interesante. Para Alonso, quizás era más dudosa la carta. Pero la apuesta de riesgo de los dos excompañeros de 2007 se transformó en 'ganadora' cuando un par de vueltas después Charlie Whitting decretó la bandera roja. 

Todos en boxes y pudieron montar gomas frescas. Y de golpe Alonso y Hamilton se encontraron con una segunda salida, pero en cuarta y quinta plaza de esta nueva parrilla. El efecto de salir últimos había quedado neutralizado. Y además disponían de la pequeña ventaja.

¿Por qué no se tomó la decisión de la bandera roja en el primer momento? Es un misterio. Quizás no puedo evaluar inicialmente los daños en la barrera de seguridad, pero de haber parado la carrera inicialmente todo hubiera cambiado. Todos hubieran parado y puesto gomas frescas, pero las posiciones de arrancada hubieran sido las de la sexta vuelta, con Alonso décimo en la reanudación de la carrera y Hamilton undécimo.

El otro que ganó con el lío fue Räikkönen. Estaba doblado y la regla del coche de seguridad le permitió desdoblarse y reiniciar la carrera en última posición, sí, pero en el mismo giro que los demás. Sin ello jamás habría acabado en los puntos.