Especial Clark

El hombre de las mil manos

Àlex Garcia
07/04/2015 09:30

Los granjeros conducen tractores. Eso es lo que enseñan los libros y lo que todos asumimos casi como verdad universal. Es pensar en una granja y casi automáticamente nos vienen a la cabeza imágenes de un hombre con sombrero de paja y peto tejano conduciendo un enorme tractor verde, rojo, amarillo, azul... el color no importa. Pero para toda regla siempre debe haber una excepción. Jim Clark no pilotaba tractores; pilotaba coches de Fórmula 1. Pero también Fórmula 2, Fórmula Tasman, IndyCar, NASCAR, turismos, coches de rallyes, coches de resistencia... Clark no fue un granjero normal. Bueno, tampoco no fue un hombre normal.

Los éxitos y las hazañas del llamado 'escocés volador' en la Fórmula 1 son de sobras conocidas por todos. Bicampeón del mundo, el mejor piloto de su generación, admirado por todos sus rivales. Pero Clark fue mucho más que eso. Tenía un par de manos para cada coche. Era capaz de subirse a cualquier máquina que tuviera ruedas y motor e ir rápido sin esfuerzo. Puede que Clark no triunfara en la época más mediática del automovilismo pero es uno de los pilotos cuyo talento y pureza resultaron más increibles. El pequeño 'Jimmy' empezó en subidas de montaña con un su propio Sunbeam-Talbot, un coche que era poco de carreras pero que había tenido sus momentos en los rallyes.

 

 

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