98 OCTANOS

¿Dos motores? ¡¡¡NO, gracias!!!

18/07/2016 13:35
La FIA y el mundo de la F1 tienen previsto limitar el número de motores a dos por coche y temporada a partir de 2019 en una maniobra más para limitar costes.

A cada acción corresponde una reacción. Y si ahora nos quejamos de que hay que gestionar la duración de los motores y nos llevamos las manos a la cabeza pensando que Lewis Hamilton y algunos más están ya al límite de penalizar por exceder el número de tope por temporada, que sucederá cuando las penalizaciones y no los cronos de la sesión de clasificación sean las que configuren las parrillas de salida.

Con sólo dos motores por temporada, o bien apuestas por penalizar repetidamente (perder diez plazas para un Mercedes o Red Bull puede ser un problema menor) o corres con una unidad todavía más capada que con la actual fórmula consumo, los pilotos levantarán todavía más el pie y el valor del talento simplemente no cotizará: mejor un conductor taxista joven y que aporte dinero.

No hace mucho dije que la Fórmula 1 se estaba desnaturalizando y que se estaba convirtiendo en una 'carrera de resistencia por etapas', aunque sin una clasificación general. Este fenómeno adquirirá su máxima expresión con la limitación a dos del número de motores.

Con dos motores por temporada cada uno de ellos deberá hacer unos de 7.000 kilómetros (600 a 700 kilómetros por Gran Premio entre entrenamientos, clasificación y carrera, por diez carreras anuales) tirando por lo bajini. ¡¡¡Le Mans y medio!!!

Esto es velocidad pura, no resistencia. No porque hayas tenido un problema en la carrera anterior debes salir con hándicap en la siguiente.

O penalizas repetidamente o corres con una unidad aún más capada. Pilotos taxistas

Lo absurdo es que los motoristas siguen rompiendo motores casi a diario en busca de la fiabilidad, ganar migajas de potencia o mejorar unas décimas el consumo. Pero los equipos sólo cuentan con un número limitado de motores.

Es incongruente poder estrenar aerodinámica cada carrera, en una carrera de armamento decididamente cara y tener a los propulsores congelados o semicongelados. O no poder cambiar de base de partida durante años (aunque cara a 2017 esto estará aparentemente solucionado)

Si los señores de la FIA, de la FOM o de los equipos se preguntan por qué la Fórmula 1 pierde atractivo, quizás debería reexaminar el camino andando, la suma de incongruencias acumuladas estos últimos años que han acabado desnaturalizando la especialidad.

Es cierto. El equilibrio inestable entre tecnología innovadora de vanguardia, costes contenidos y espectáculo es frágil. Un tripartito casi imposible de gestionar. La Fórmula 1 está llegando a la hora de la gran elección, de apostar por coste contenido y espectáculo a costa de tecnología o por tecnología y espectáculo con la inflación de gasto que conlleve…. camino éste del colapso. 

Entre tanto, está muy claro que el camino de limitar el número de motores (y de cambios) es una acción contra natura ante la que sólo cabe una postura: ¡¡¡NO, gracias!!!