Petición de la FIA de reducir precios

Wolff a Todt: "No puedes esperar que seamos almas caritativas"

Santi Torres
05/11/2015 13:11

Toto Wolff ha demostrado su desagrado ante la propuesta que la FIA mencionó hace unos días. La idea de Jean Todt era mantener una normativa técnica relativamente estable a cambio de no elevar en exceso los precios de las unidades de potencia para los equipos privados.

Lo últimos intentos de reducir costes por parte de la FIA y la FOM han sido vetados por Ferrari, y ahora están trabajando en un motor biturbo de 2,2 litros, siendo un modelo mucho más sencillo que los actuales V6 Turbo híbridos. A su vez, el precio se reduciría y los equipos privados tendrían más posibilidades de subsistir económicamente

Por parte de los fabricantes, estos entienden que los precios no se puede reducir. El desarrollo de los motores debe costearse de alguna forma, y la venta de sus unidades de potencia a equipos como Red Bull o Force India es una medida económica para cubrir gastos de desarrollo e investigación. 

"Nuestros socios esperan que tengamos la unidad de potencia más competitiva, y para llegar a ese objetivo debemos invertir cantidades sustanciales en el desarrollo debido a la naturaleza competitiva de la competición. Nadie nos ha preguntado nunca cómo planeamos recuperar esa inversión o si alguien puede ayudarnos a recuperar ese dinero. Puedes debatir si el beneficio de publicidad de la inversión en desarrollo es lo correcto o no, pero vivimos en un mundo donde afrontamos una realidad comercial que trata de ser lo más eficiente posible y tener le mejor retorno monetario posible", relata Wolff.

Actualmente los motores rondan los 30 millones de euros, algo que la FIA cree excesivo. Este precio provoca que equipos pequeños como Manor o Sauber sufran económicamente y tengan agujeros negros en sus cuentas. La mejora tecnológica significa, pasando de V8 aspirados con motor eléctrico extra a motores híbridos V6 turbo de 1,6 litros, una inversión enorme de capital por parte de fabricantes, y por ende esta inversión acaba afectando a los clientes de las marcas.

"Creo que no se puede esperar que ninguno de los involucrados en el deporte sea un alma caritativa, pero sí se debe buscar un compromiso que sea bueno para el deporte", finaliza Wolff.