Verstappen, sancionado con cinco posiciones en la parrilla de Canadá
Ni Hamilton, ni Rosberg, ni Vettel… El verdadero protagonista del GP de Mónaco fue Max Verstappen. Prácticamente lo fue así desde los primeros entrenamientos libres del jueves, cuando acabó segundo tras Lewis. Los momentos más espectaculares y trascedentes de la carrera fueron asociados a su nombre, sin duda. Desde los adelantamientos que logró tras la estela de Vettel hasta el que le costó el accidente con Grosjean.
Pero, lo primero es lo primero: su salud. Después de una colisión frontal tan fuerte como la que tuvo contra las protecciones de Santa Devota, costó volver a respirar, pero por suerte todo quedó en un susto brutal. "No estoy muy mal, puedo caminar así que está bien. Tengo un poco de dolor en mi brazo, pero he salido del coche tan pronto como he podido. Levantarse es siempre mejor que quedarse sentado en el monoplaza", contó el holandés.
Me duele un poco el brazo, pero no estoy muy mal, puedo caminar así que está bien
Desde la perspectiva del espectador, quizá Max pecó de precipitación al intentar pasar al Lotus de Grosjean, aunque él estaba seguro de su maniobra cuando la inició: "Realmente no ha sido un movimiento demasiado arriesgado porque en la vuelta anterior frené en el mismo sitio. Sin embargo, en el accidente, Romain frenó un poco antes de lo que me esperaba. Intenté esquivarlo, pero me pilló por sorpresa".
Un final abrupto para un GP que podía haberle encumbrado, pero, aun así, se queda con lo positivo: "La carrera estuvo muy bien, tuvimos mucho ritmo. Pasé a Maldonado y me deje unos segundos con Pérez. Luego, también perdimos mucho tiempo en el pit lane, unos 30 segundos, y en Mónaco es muy difícil recuperar eso. Pero luego, pare para poner el superblando, salí detrás de Vettel y alcancé a los de delante". Llegó, y de qué manera.
