"Probablemente se habría tardado otros 15 o 20 años"

La seguridad, el legado de Ayrton Senna según Max Mosley

02/05/2014 09:42

Esta semana los homenajes a Roland Ratzenberger y Ayrton Senna han acaparados los focos mediáticos en el 20 aniversario de sus fallecimientos. Desde entonces, ningún piloto de Fórmula 1 ha muerto en un fin de semana de gran premio. 

"Es cierto que es bueno centrarse en el hecho de que han pasado 20 años. Pero uno siempre tiene esa sensación de no tentar al destino", dijo Max Mosley, presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) aquel 1 de mayo de 1994, a Reuters.

Mosley, junto con el médico de la F1 Sid Watkins y otras personas en la FIA, fue clave para que se implementaran importantes medidas de seguridad en la máxima categoría del motor, que tendrían consecuencias duraderas para la industria.

"Ese fin de semana (Imola) fue el catalizador para un cambio en las calles que literalmente, sin duda, salvó cientos de miles de vidas", dijo en una entrevista en su casa de Londres. "Es la verdad. Sin el catalizador, nunca hubiéramos ido a Bruselas. No tendríamos el Euro NCAP (Programa de Evaluación del Automóvil Nuevo), la prueba de choque, la Comisión Europea no hubiera elevado las normas de seguridad", comentó.

En 1994 parecía que los peligros se habían desvanecido en comparación con la década de los años 60 y 70 –los cinturones de seguridad no fueron obligatorios hasta 1972–. 

"Uno solía hablar con las personas que dirigían el deporte en esos días y decirles 'es innecesariamente peligroso' y ellos decían 'bueno, no tienes que hacerlo si no quieres. Es totalmente voluntario'", agregó Mosley.

Durante casi 12 años no había muerto un piloto e incluso se insinuaba que el deporte se estaba convirtiendo en demasiado seguro y aséptico. Después de Imola, la FIA estableció un grupo de expertos para analizar sistemática y científicamente cómo hacer que la F1 fuera más segura. Las pruebas de choque se volvieron más estrictas y se redujo la velocidad.

También se reglamentaron los cascos, se mejoraron las barreras de contención y los circuitos y se modificó el diseño de los monoplazas. Al mismo tiempo, la FIA comenzó a presionar por una mayor seguridad vial y cambios a través de los gobiernos y las instituciones europeas.

"Creo que la razón de que (la muerte de Senna) tuvo un impacto semejante fue que era reconocido por todos, incluidos los otros pilotos, como el número uno", dijo Mosley. "Y tenía una gran personalidad, la gente lo veía como un individuo atractivo. A todos les gustaba", agregó.

Mosley está convencido que, sin las dos muertes en Imola, hubiera sido virtualmente imposible imponer cambios rápidamente y se hubieran perdido más vidas.

"Dos o tres accidentes hubieran terminado mal si no fuera por el trabajo hecho después de Senna", afirmó.

"Si uno dice '¿qué le ha dado la Fórmula 1 a la sociedad?' La Fórmula 1, y desafortunadamente Ayrton y Ratzenberger también, le han dado un cambio en seguridad vial que afectó la vida de miles. Eso no es un tal vez, es seguro", dijo Mosley.

"Los avances en seguridad se habrían producido, pero probablemente se habría tardado otros 15 o 20 años. Mientras tanto, miles de personas que hubieran muerto están vivas. Y eso es lo que realmente importa", afirmó.