La cúpula de Red Bull abandona Jerez por los problemas del RB10

Si ayer Sebastian Vettel tan solo pudo dar ocho vueltas, hoy Daniel Ricciardo se ha tenido que contentar con poco más de diez kilómetros de rodaje. El motor de su coche se ha detenido cuando se hallaba en la tercera vuelta del día y los mecánicos de Red Bull no han conseguido hallar una solución que le permitiera volver a pista.

Es cierto que parte de estos contratiempos pueden ser consecuencia directa del propulsor Renault, que también se ha mostrado vulnerable en otros monoplazas, pero todo apunta a que el principal dolor de cabeza de los austríacos reside en la correcta integración del tren motriz en su chasis.

Con tal de poder indagar en la cuestión, Christian Horner y Adrian Newey se han marchado esta tarde del circuito para regresar a la fábrica del equipo, situada en Milton Keynes, donde trabajarán en el monoplaza para encontrar la forma de recuperar el terreno perdido.

El ingeniero Andy Damerum ha reconocido los problemas de su equipo en un comunicado oficial, si bien recuerda que los austríacos saben cómo hacerse fuerte ante esta clase de adversidades.

Las medidas que hemos tomado sólo han solucionado una parte del problema

"Ayer trabajamos bastante duro para hacer los cambios que creíamos que eran necesarios para superar los problemas que habíamos identificado, esperábamos que las cosas nos fueran mucho mejor hoy. Por desgracia, las medidas que hemos tomado sólo han solucionado una parte del problema, así que lo mejor es detenernos, como ayer, y ahondar en la cuestión en busca de una solución".

"Está claro que no estamos donde nos gustaría estar, y obviamente el equipo entero está frustrado por estos problemas. Sin embargo, se nos da bien recuperarnos de este tipo de cosas. Es aquí donde todo el equipo tira del carro, estoy seguro de que solucionaremos estos problemas".