El británico fue su último compañero de equipo

Hill afirma seguir consternado por la muerte de Senna

Miguel Carricas
02/05/2014 13:48

El 20º aniversario de la muerte de Ayrton Senna ha supuesto un acontecimiento de suma relevancia para el mundo de la Fórmula 1, el cual rindió ayer homenaje en el circuito de Imola al legado de uno de los mejores pilotos de la historia del deporte. 

Entre todas las autoridades que coincidieron con el piloto brasileño a lo largo de su carrera deportiva, surge una de las personas que mayor tiempo dedicó junto a la leyenda en su etapa final dentro de la máxima categoría; Damon Hill, su último compañero de equipo.

El piloto británico, presente ayer en el recuerdo unánime a la trayectoria del brasileño, fichó por el equipo Williams en 1993, y se convirtió, un año después, en compañero de Senna tras la inmediata retirada de Alain Prost.

Dada su alta implicación junto a las labores del tricampeón mundial antes de sufrir su fatal accidente, Hill ha reconocido que sigue consternado por los sucesos de aquel 1 de mayo de 1994.

El fin de semana enterno fue como una cuesta interminable. Es difícil creer que fuera real

“Hemos cambiado mucho desde entonces. Es difícil creer que fuera real. Y quizá eso es lo que nos ayuda a superar todo como seres humanos”, ha revelado el expiloto británico en unas declaraciones a la agencia Reuters.

Ciertamente, la muerte de Senna constituye, veinte años después, la pérdida más relevante que ha vivido el automovilismo mundial desde sus inicios como competición oficial.

En este sentido, Hill asegura no comprender el carácter trágico que envolvió aquel fin de semana en el que Roland Ratzenberger también perdería la vida a los mandos de un monoplaza.

“Fue ciertamente real en ese momento. El fin de semana entero fue como una cuesta interminable, todos los días había más y más hasta esta última tragedia de la pérdida de la superestrella Ayrton Senna”

El origen de la revolución que se produjo dentro de la Fórmula 1 a raíz del impacto que causaron los acontecimientos de aquel Gran Premio de San Marino llevó a “recapacitar a todos si lo que estaban haciendo era o no justificable, realizable, y moralmente defendible”, según indica Hill.

Así, la necesidad de hacer un pequeño paréntesis en materia de seguridad permitió que la muerte de Senna fuera la última pérdida registrada hasta el día de hoy en el Gran Circo.

“Lo que luego vino fueron cambios en la seguridad. El deporte en sí creció, y nunca sabremos cuántas vidas más fueron salvadas después gracias a estas mejoras en la seguridad”, ha comentado.

No obstante, el progreso al que hace referencia Hill también ha desencadenado un cambio en la perspectiva del deporte para los pilotos, hasta el punto de que su objeto de motivación ya no pasa por asumir los riesgos al volante.

“Todo el mundo en F1 se pregunta: “¿Por qué hacemos esto?”. Mucha gente dice: “lo estás haciendo porque es peligroso y están llamados a ser gente que se mate haciendo eso, es parte de la emoción del deporte, el peligro”. Realmente, diría que no es así en absoluto”, ha comentado.

 

Hill, contrariado sobre el beneficio que le aportó la muerte de Senna

En cuanto al desarrollo del campeonato de 1994, Hill ha reconocido que la posición de líder que adquirió en el equipo ante el fallecimiento de Senna, así como la consecución de sus primeras victorias en la máxima categoría, le llevó a autoproclamarse como uno de los pilotos más prometedores de cara al futuro.

Muchos pilotos envidian mi oportunidad en el deporte, y también tuve algunos golpes de suerte

“Fuimos capaces de conseguir la victoria en Barcelona. Y entonces eso realmente desencadenó una carrera para mí….hasta el punto de que me había considerado probablemente un aprendiz de gente como Ayrton o Nigel (Mansell)”

La fortuna de haber escrito su nombre entre las leyendas de la categoría tras la muerte de Senna no supone un motivo de orgullo para Hill, quien afirma que “esa no es la forma en la que elegirías ser contratado como líder de un equipo”, por lo que supuso un éxito en su carrera concebido “con sensaciones encontradas”

De hecho, el británico entiende la visión de algunas voces autorizadas del paddock que apuntan a que nunca se habría proclamado campeón del mundo en el año 1996 en el caso de que Senna no hubiera fallecido dos años antes.

“No estaría en desacuerdo con ellos. A veces llegan oportunidades que no te esperas. ¿Qué se supone que tienes que hacer? ¿Rechazarlas?. Estoy seguro de que muchos pilotos envidian mi oportunidad en el deporte, y también tuve algunos golpes de suerte”

“Pero hablar de que perder un compañero de equipo forma parte de un golpe de suerte, creo que no es la mejor forma de expresarlo”, reconoce Hill.

Si bien es cierto que Senna y Hill entablaban una relación cordial, la prematura muerte del brasileño sólo permitió a su compañero de equipo admirar el mayúsculo talento que desprendían sus manos, pues todavía no había alcanzado la madurez suficiente para dedicar tiempo a intentar equiparar sus tiempos por vuelta.

“Apenas tuve la oportunidad de aprender algo de Ayrton. Simplemente trataba de aprender a apreciar lo bueno que era, como si necesitara aprender eso”, ha comentado.