La F1 genera una importante sangría económica

El circuito de Austin, ahogado en pérdidas millonarias

Miguel Carricas
08/01/2015 09:00

El Gran Premio de Estados Unidos se ha convertido en una de las citas que mayor expectación ha suscitado para los aficionados a la Fórmula 1 desde que el circuito de Austin aprovechara su estreno al público en otoño de 2012 para acoger desde entonces la cita anual de la máxima categoría sobre suelo americano. 

La variedad de curvas que ofrece el trazado texano, así como sus modernas instalaciones y atracción a un público de diversas nacionalidades y preferencias deportivas han hecho de Austin uno de los destinos más interesantes del calendario tanto para equipos como pilotos. De hecho, los grandes desniveles y las secciones de alta velocidad rompen en cierto modo con los diseños conservadores de Tilke ideados anteriormente para otros trazados como el de la India, Corea o China.

Tal aceptación mediática de la cita americana también viene motivada por el hecho de que el denominado Circuito de las Américas se haya asentado desde el principio como uno de los eventos decisivos en la batalla por el campeonato al haber sido la antepenúltima o penúltima carrera del calendario. La única excepción se produjo en 2013, cuando Vettel llegó a Estados Unidos ya proclamado tetracampeón mundial.

Sin embargo, no todo es oro lo que reluce en las tierras áridas sobre las que se asienta el circuito americano. Según informa el ‘Austin Business Journal’, los casi 400 millones de euros invertidos al proyecto no han resultado ser una operación viable económicamente para todas las entidades involucradas.

En primer lugar, uno de los mayores puntos de debate recae sobre la elevada financiación de 24,3 millones de euros que recibe el circuito por parte de la región de Texas para la celebración de grandes eventos deportivos. Hasta la fecha, sólo se han celebrado once carreras desde que se inaugurara el trazado hace ya más de dos años, mientras que competiciones nacionales como la NASCAR, con ingresos públicos de apenas 456.000 euros, han atraído a un mayor número de espectadores y generado un mayor interés entre la población.

Si bien entre las once carreras que se han disputado en el COTA figuran categorías de prestigio como MotoGP, el Campeonato Mundial de Resistencia o la propia Fórmula 1, el gobierno local se encuentra aún lejos de rentabilizar la inversión en el circuito. Sin embargo, la reacción a todas las pérdidas ha sido ciertamente limitada, pues las subvenciones a la carrera de la F1 apenas se han reducido en un 11% desde la inauguración en 2012.

De este modo, se antoja complicado reducir a corto plazo la montaña de deudas que rodean la llegada del Gran Circo a Estados Unidos. Por el momento, la inminente dimisión de Rick Perry, gobernador del estado de Texas y uno de los artífices de la construcción del trazado, aumenta las dudas sobre el futuro de la Fórmula 1 en el COTA.

Además, la gran inversión económica destinada al retorno del Gran Premio de México en 2015 o la posibilidad de que Nueva Jersey o Las Vegas entablen conversaciones con Ecclestone para trasladar la Fórmula 1 a sus respectivos territorios sitúa a Austin en una posición comprometida de cara a los próximos años.

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