GP de China - Carrera

Dominio absoluto de Hamilton y Mercedes en un GP sin misterio

Víctor Serrano
12/04/2015 09:42

Pongan ante ustedes el cuadro que se pintó el sábado en la clasificación y tendrán delante una copia casi perfecta de lo que ocurrió en la carrera. Cambien apenas un par de pinceladas. Una reproducción exacta que firmaría cualquier artista impostor. 

Eso es un claro indicativo de la poca miga que dejó un GP de China que fue rácano hasta en las predicciones, al menos en lo que a la lucha por la victoria se refiere. En definitiva, lo más importante.

Hamilton partía desde la Pole flanqueado por su compañero Rosberg y con Vettel detrás. Y así acabaron cruzando la meta, manteniendo el orden con Räikkönen como única novedad al pasar a los Williams en un gran primera vuelta. Uno de los pocos peligros era esa particular salida del Circuito de Shanghái que desemboca en una sinuosa y larga primera curva, pero Lewis lo solventó de la mejor forma colocando su Mercedes en su sitio en la parrilla mirando hacia el interior.

Después, los de Brackley solo tuvieron que hacer una cosa: imitar los pasos de baile que dieran sus rivales más cercanos, como si estuvieran ensayando una coreografía. La Scuderia intentó sorprender montando la goma blanda en su primera parada, pero Mercedes cerró la caja de sorpresas con llave y pestillo doble. Hubo cierto nerviosismo cuando pareció que los bólidos rojos acechaban a Rosberg, pero fue una falsa alarma. Segundo triunfo de Hamilton, sin misterio.

Las estadísticas no le dan el Grand Chelem, pero la lógica se lo garantiza. A espaldas de los primeros, el resto de la parrilla fue tan ordenada que pareciera que una madre hubiera metido mano a la carrera ordenando los equipos por colores como si guardada los pares de calcetines de su hijo en un cajón de la mesita de noche.

Hubo un momento en el que pareció que lo que se disputaba en el asfalto era más bien una crono por equipos como si de una competición ciclista se tratara, que una carrera. Al final, se mezclaron un poco las cartas. Tras los Mercedes y los Ferrari, se situaron los Williams. Primero con Massa y luego con Bottas, los chicos Martini ni pudieron soñar con dar guerra a los de Maranello y rodaron en tierra nadie, pasando desapercibidos a ojos de cámaras y aficionados.

En las cuatro últimas posiciones de los que se llevan algo de Shanghái finalizaron Grosjean y Ricciardo con los dos Sauber intercalados. Nasr detrás del francés y Ericsson, del australiano, con el que tuvo uno de los duelos más intensos del domingo a base de pasadas y repasadas. Sin embargo, ahí faltó inmerecidamente un hombre clave: Verstappen. El holandés portó la bandera del espectáculo y no obtuvo ninguna recompensa por ello; lo que se llevó fue un disgusto.

Si hubiera que hacer un ranking de las mejores jugadas del día, Max protagonizaría las tres mejores. Sus adelantamientos a Ericsson, Nasr y Sergio Pérez fueron para enmarcar: desde lejos y sin contemplaciones. Así, a base de cuchilladas, fue escalando puestos hasta llegar a colocarse octavo acaparando miradas, y al final las concentró todas al quedarse parado en mitad de la pista por problemas en su STR10. La imagen de la desolación más absoluta.

Su bandera amarilla desembocó en la salida del Safety Car y la llegada a meta en trenecito, lo que dejó una carrera aún más sosa de lo que estaba. Aunque, a algunos les sabrá más dulce. Es el caso de Alonso. Está claro que pocas alegrías puede llevarse con ese McLaren, pero una de ellas es cruzar la meta. Y eso hizo, en la 12ª posición aprovechándose de que Button se llevó por delante a Maldonado en la primera curva defraudando a su experiencia.

Pastor ya tuvo lo suyo antes con un trompo y una entrada escabrosa al pit lane. Sainz también trompeó, pero en la segunda vuelta, dejándose todas sus opciones, que luego se esfumaron cuando casi abandona por un fallo en su caja de cambios. Primer borrón en su corta estancia en la F1. Stevens le separó de acabar junto a su amigo Merhi, quien solo terminó por delante de los retirados: Max, Kvyat y Hülkenberg. Nada nuevo en China. Los viejos conocidos siguen pintando la mejor escena.