Actualidad

Del alerón delantero de Webber en Silverstone 2010 al chasis de Sargeant en Australia 2024

23/03/2024 16:30

La decisión de priorizar a Alex Albon sobre Logan Sargeant tomada por Williams puede decirnos muchas cosas. Pero sobre todo reafirma la importancia de las órdenes de equipo y de la prioridad que se da al resultado del colectivo sobre los resultados individuales de los pilotos.

Algunos lamentarán que el estadounidense se quede fuera de carrera por un error que debería sólo incumbir a su compañero. Pero está claro que la competitividad de Sargeant, cuyo coche no deja de ser un asiento ‘eyectable’ que puede cambiar fácilmente de manos, no alcanza la de Albon.

Joan Villadelprat me dijo hace ya tiempo que los equipos tienen muchas formas de priorizar un piloto sobre otro. Simplemente dándole a uno los mejores ingenieros de pista y mecánicos ya se establece una diferencia. Una diferencia que en ocasiones se ve ampliada por la falta de flujo de información de un lado a otro del box o transmitiendo una información incompleta.

Las decisiones de este tipo se ven también cuando hay piezas nuevas, pero sólo para un coche. Si se confía en su eficacia, van uno de los pilotos. Si se duda o son un experimento, van al otro. O se hace que un piloto emplee parte del tiempo de los libres en intentar validar unas piezas determinadas.

Para algunos, el ejemplo más claro de sacrificar a un piloto en favor del ‘jefe’ estuvo en el crashgate de Singapur 2008, cuando Nelsinho Piquet se estrelló para dar a Fernando Alonso posibilidades de victoria. Pero aquello fue algo muy distinto.

Si hablamos de favorecer a un piloto con una ventaja en cuanto a material, entonces el GP de Silverstone de 2010 es el ejemplo por antonomasia.

Red Bull trajo un nuevo alerón delantero. Tras el GP de Europa en Valencia, Vettel llegó a Gran Bretaña como el tercer clasificado en el Mundial con 12 puntos de ventaja sobre su compañero Mark Webber, a 12 puntos de Lewis Hamilton y 6 de Jenson Button.

Red Bull sólo tuvo tiempo de fabricar dos alerones delanteros de la nueva especificación a tiempo para la carrera. Uno para Vettel y uno para Webber. Pero el de Sebastian acabó dañado en los entrenamientos. ¿Y qué hizo Red Bull? Quitarle a Webber su alerón para dárselo a Vettel, dejando a Mark con una especificación más antigua que rendía peor.

Vettel logró la pole delante de Webber, pero en la salida el australiano lo hizo mejor y Vettel, batallando con él, pinchó y tuvo que parar en boxes. Webber ganó la carrera y pronunció una frase lapidaria por la radio tras pasar la meta: "¡No está nada mal para ser segundo piloto!".

Seb sólo pudo terminar séptimo y Webber le superó en la clasificación. El australiano se enfado mucho con el equipo, hubo discusiones serias, pero en público fue más elegante en sus declaraciones: "Somos un equipo, estamos unidos".

¿Órdenes de equipo? Inevitables. Los intereses del equipo están por encima de los de los pilotos, aunque sean las estrellas mediáticas.