CURIOSIDAD

Un auténtico Porsche 917 apto para circular por la calle

José Miguel Vinuesa
20/04/2018 09:41

Si pensamos en un coche icónico de las carreras de resistencia, el Porsche 917 emerge como el epítome perfecto entre rendimiento, triunfo y belleza. Quizás, sólo quizás, seguido de cerca por su gran rival a principios de los años 70, el Ferrari 512. Ambos, inmortalizados en la película Le Mans de Steve McQueen. Pero lo peculiar del Porsche 917 que os traemos hoy es que con él puedes rodar legalmente por las vías públicas. Ésta es su historia.

Corría el año 1974 cuando el conde Rossi, de la famosa Martini & Rossi que patrocinó a Porsche y al 917 varios años, se compró una de las unidades existentes para su colección privada. A fuerza de colocarle silenciadores, consiguió de manera sorprendente que las autoridades del estado de Alabama diesen el visto bueno para circular por vías públicas. Gracias a eso, lo consiguió poco después en Europa también. Viajemos ahora a hace dos años, 2016. Claudio Roddaro, un adinerado joven monegasco y piloto amateur, adquiere el Porsche 917 chasis 037, un modelo del que sólo se había fabricado el chasis como repuesto, y que fue adquirido por el carrocero Baur de Alemania a fines de la década de 1970, pero sin completarlo durante décadas. Fue vendido a un coleccionista estadounidense logró que Carl Thompson, de Gunnar Racing en Long Beach, lo completase en 2003 con un 95% de piezas originales. Porsche lo autenticó como un 917 original.

No contento con poseer un coche tan deseado, Roddaro quiso ir un paso más allá. Con el precedente del conde Rossi, e implementando modificaciones similares, estuvo luchando durante meses con las autoridades europeas para lograr la documentación necesaria y el permiso de circulación del vehículo para las vías públicas. Y lo consiguió finalmente, con lo que a las pegatinas de época de publicidad, se le añadieron dos placas de matrícula de Mónaco, una delante y otra detrás. Como a cualquier otro coche.

El problema es que este no es un coche cualquiera, sino un prototipo diseñado para vencer en los más difíciles circuitos del mundo, como efectivamente logró. Cuenta con el motor de 12 cilindros bóxer de 4.9 litros y refrigeración por aire que entrega 600 caballos. A eso añádele que el peso es de 600 kilogramos, con lo que tienes una relación peso-potencia de 1:1, algo que aún hoy lo coloca en el selecto grupo de modernos superdeportivos. Y que consigue la magia de los 1.000 caballos por tonelada, hipotéticamente hablando.

Desde su adquisición, Roddaro ha utilizado el coche en varias reuniones de carreras clásicas, como el Monza Historics, el Oldtimer GP en Nürburgring, o recientemente en el Espíritu de Montjuic en Barcelona. La ventaja es que puede entrar en boxes, salir al paddock, tomar la salida del circuito, y volverse a su casa. Sin más. Aunque obviamente sea algo muy costoso y delicado de hacer, tratándose del coche de que se trata. Imagina el bramido de este bajísimo sport-prototipo por las estrechas calles de Mónaco, despertando la indignación de algunos elegantes lugareños que ven interrumpida su intrascendente conversación por la ruidosa presencia de un coche hecho para volar bajo en la recta de Les Hunaudières en Le Mans. Delicioso.

Y es que en toda la historia sólo ha habido tres 917 aptos para la circulación diaria: el chasis 021, pero muy brevemente. El 030 del conde Rossi. Y ahora este, el 037 de Claudio Roddaro, que además puede presumir de poseer el más auténtico de los 917: dado que este chasis no corrió nunca, nunca tuvo daños, ni tuvo que ser reparado. Como casi todo él es original, es como si hubiese salido hace apenas 15 años de las instalaciones de Porsche, mientras sus hermanos ya suman casi 50 años. Mientras compra el pan, tan tranquilamente.

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