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París prohibe los coches de los 80 y 90

Javier Prieto

28/06/2016 20:36

La guerra contra los efectos contaminantes del tráfico urbano se encuentra en su apogeo por toda Europa. La última batalla se libra en Francia contra los vehículos con más de 20 años. 

El ayuntamiento de París acaba de aprobar un decreto que prohíbe la circulación a automóviles matriculados antes de 1997. La medida, que entrará en vigor el próximo 1 de julio, será de aplicación entre las 8 de la mañana y las 8 de la noche en días laborables.

Afortunadamente, la norma no afecta a los vehículos clásicos con más de 30 años de antigüedad. Sin embargo se prevé que la solución de Anne Hidalgo, alcaldesa de Paris, afecte al 10% de los vehículos de sus conciudadanos.

Esto es solo un aperitivo de lo que les espera a los conductores de la ciudad de la luz, ya que a partir de 2020, solo los automóviles matriculados después de 2011 y las motocicletas registradas desde julio de 2015, tendrán el privilegio de transitar por los bulevares parisinos.

Mientras, en el resto del Viejo Continente, con Estocolmo a la cabeza, se sigue elevando la presión sobre la circulación de vehículos particulares.

Recientemente Madrid ha reducido la velocidad máxima en varios tramos de la ciudad y prevé restringir el acceso en la ‘almendra’ central a partir de 2017.

Asimismo, sigue vigente la disposición por la cual se impide el aparcamiento en las calles de la capital de España a partir de ciertos niveles de contaminación. Asimismo, el consistorio de Manuela Carmena estudia la posibilidad de ampliar las zonas peatonales en detrimento del espacio para los automóviles. Evidentemente, se impondrán una serie de sanciones a todos aquellos que contravengan la norma. A cambio se potenciará el servicio de préstamo municipal de bicicletas.

En el resto de Europa el panorama es similar. Desde 2011 los vehículos más perjudiciales para el medio ambiente no pueden transitar por Berlín. En Londres, para acceder en transporte privado al centro hay que abonar fuertes peajes de acceso. Atenas, con el fin de preservar sus monumentos, también tiene vetado el tráfico en su casco antiguo. Y así una gran lista de metrópolis europeas.

Multas, cámaras de seguridad, e incremento de las prohibiciones circulatorias son la única política a medio plazo. En definitiva, si todo sigue así, los conductores nos convertiremos en una especie casi en extinción en los próximos años.