Curiosidad

Los coches del diseñador del Bugatti Chiron

José Miguel Vinuesa
26/07/2017 10:27

De su mente y de la conexión de esta con su lápiz –o su ratón, pero seamos clásicos–, surgió uno de los coches más excitantes de los últimos tiempos: el Bugatti Chiron. Pero para Achim Anscheidt, el día a día no pasa en la opulencia y velocidad del superdeportivo franco-alemán, sino de una manera más sencilla.

Porque el director de diseño de Bugatti, de 53 años, se mueve durante la semana en un Volkswagen Golf GTI, un potente compacto, pero que no deja de ser un coche práctico para la vida en la ciudad. Muchas veces, también la bicicleta o el tren. Para la diversión, el fin de semana, donde se pone a los mandos de un Porsche 911 SC de 1980 completamente personalizado.

Pero no es un Porsche al uso, porque Anscheidt, con la ayuda de Willi Thom, un carrocero de Berlín especializado en Porsche, lo desmontó por completo, y tras revisar pieza a pieza el coche, sólo reinstaló aquello que era absolutamente imprescindible. Así, por ejemplo, el coche no tiene asientos traseros, calefactor, radio o revestimientos, no hay tiradores de puertas sino cuerdas, y en vez de las palancas de las luces y limpiaparabrisas, sólo hay unos interruptores. Es un 911 desnudo.

Según el propio Anscheidt, "Me apetecía prescindir de todo lo que fuera superfluo en términos de dinámica de conducción para conseguir una buena relación potencia-peso. Desde el punto de vista estético, el resultado es un coche minimalista y, con 820 kilogramos, lo más ligero que mi marco personal permitía. En cuanto a dinámica de conducción se podría comparar a un kart."

A este alemán del sur, que lleva doce años en Bugatti, la marca de Molsheim no podía sino atraerle. Por eso, además de crear lo último para la marca de la herradura, mira al pasado, y en su garaje tiene un proyecto delicioso: la restauración de un auténtico ‘pursang’, el Bugatti Type 35, mito de las carreras de finales de los años veinte e inicios de los treinta. Una forma atemporal que toma forma a base de ir adquiriendo las piezas que faltan, poco a poco, para que vuelva a la vida.

Allí, en su garaje acristalado desde el que ve el Porsche 911, que saca a la calle a través de un ascensor, donde reposa su proyecto del Type 35, observa a dos iconos del pasado remoto y más reciente en busca de las claves del futuro, que ha querido plasmar en el Chiron, porque "un Bugatti tiene que ser capaz de preservar su condición de icono en el diseño de automóviles y continuar siendo percibido como auténtico dentro de 20, 30 o 50 años."

Brillante razonamiento que transpira de la montaña de libros de la marca francesa del grupo Volkswagen, donde se guardan los mejores secretos de la leyenda de la marca del elefante rampante.