Ford GT Le Mansory: sobre gustos no hay nada escrito
Mansory ha presentado su particular interpretación del Ford GT, que ha rebautizado como Le Mansory como parte de una edición limitada a tres unidades para celebrar el 30º aniversario de este preparador alemán de lujo. El resultado puede llegar a poner al límite los límites de la tolerancia de uno.
La existencia de Le Mansory no deja de ser un hecho novedoso en tanto que Ford había seleccionado con recelo a los propietarios del GT, obligándoles incluso a firmar un contrato por el que se comprometían a mantenerlos en propiedad por un mínimo de dos años a fin de evitar que se especulara con él.
Ahora que ese plazo ya ha vencido, alguien ha tenido a buen haber entregar su Ford GT a los artesanos de Mansory para convertirlo en Le Mansory. Es la primera de las tres unidades que se fabricarán, una por cada década de existencia de esta compañía.
La conversión va más allá del nombre. De hecho, el coche gana cinco centímetros de anchura con un cuerpo hecho íntegramente de fibra de carbono. Ese le obliga a prescindir de sus luces originales para adoptar una solución que se adapte a sus nuevas dimensiones.
Mansory no sólo ha introducido un alerón trasero enorme que recuerda a los coches de competición, sino que ha trabajado en el motor para mejorar sus prestaciones. Así, el V6 biturbo pasa de 656 a 710 caballos de potencia y la velocidad punta del vehículo pasa de 347 a 354 kilómetros/hora. De su aceleración, ni una palabra.
En Mansory sentían que el interior del Ford GT original era “algo espartano”, de ahí que hayan sentido la necesidad de llenarlo de fibra de carbono visible y Alcantara.
Lo que no ha mencionado es el coste de esta conversión. El GT costaba originalmente medio millón de dólares, pero algunos expertos sugieren que ya se ha revalorizado hasta el millón en el mercado de segunda mano.
