CARRERA LLENA DE INCIDENTES

Ferrari se impone a la fuerza en las 12 horas de Bathurst

Santi Torres
05/02/2017 09:30

Las 12 horas de Bathurst de 2017 se convierten en una carrera de pretemporada para los Supercars. La lucha por la victoria ha estado marcada por la rivalidad entre Jamie Whincup (Ferrari 488 GT3 de Maranello Motorsport) y Shane Van Gisbergen (Mercedes AMG #22 de STM/HTP). Ambos se han encontrado en pista varias veces, y la pelea se ha llevado de nuevo hasta los últimos 60 minutos. Estrategia, contacto y polémica… Menú completo.

Uno de los alicientes de la pelea es el título de los Supercars conseguido por Van Gisbergen en noviembre del año pasado. Precisamente derrotó a Whincup en su primer año en Triple Eight. Después de eso, el neozelandés llegaba a Bathurst como amenaza poco importante. En los entrenamientos libres el Mercedes #22 no estaba entre los más rápidos, mientras que el Ferrari 488 de Maranello demostró ritmo a lo largo de todo el fin de semana. No sólo Maranello Motorsport se anotó la pole, también la vuelta rápida y la victoria. Pero Van Gisbergen quiso ganar. Y si ganaba, marcaba territorio para 2017. Quiso mandar un mensaje a Jamie Whincup.

La rivalidad entre los dos pilotos de Triple Eight en los Supercars ha sido calmada. Hasta Bathurst. La batallaa en los últimos minutos era como la pantalla final de un videojuego. Los dos protagonistas se encontraron tras muchos roces y avisos. De hecho, Van Gisbergen y Whincup ajustaron cuentas en pista poco antes de mitad de carrera. El ganador entonces fue Van Gisbergen tras una apurada de frenada de otro mundo.

Antes de llegar a la última hora, cabe destacar el gran papel de Toni Vilander. El finés ha sido el hombre clave del liderato del Ferrari en la segunda mitad de la prueba. Si no llega a ser por su ritmo infernal -rodando en 2:03 casi todo el rato frente a los 2:04 y 2:05 de los rivales-, Maranello Motorsport no hubiese salido cerca del Mercedes #22 en la última parada.

A falta de cuarenta minutos, Van Gisbergen estaba en cabeza después de arriesgarse con la estrategia: neumáticos usados y sólo gasolina en el último repostaje. Jugada maestra que le daba la posición en pista. El mayor problema, el tráfico. El Mercedes AMG #22 se encontró con un McLaren en las Esses. Le frenó tanto que Whincup se pegó. Los 3 segundos de margen que disponía Van Gisbergen al incorporarse a la pista desde el pit-lane volaron por los aires, en pedazos. El Ferrari era un cohete en recta en comparación con el AMG. Shane tiró la línea del medio, intentando dejar sin espacios a su rival. Whincup no se lo pensó dos veces: por la derecha… ¡y por la hierba! ¡Se tocan! Whincup emergió como líder en el Chase. Shane Van Gisbergen quiso intentarlo por fuera, pero Whincup tenía más gomas y mejor tracción. En la batalla decisiva, Whincup pudo con Shane.

Pudo con Shane no sólo en el cuerpo a cuerpo. También en la lucha mental. Van Gisbergen no se rindió, y quiso acercarse a Whincup. Obsesionado con la mancha roja que se alejaba en el horizonte, el #22 se llevó puesto al Porsche #51 de AMAC Motorsport. Y eso le brindó una oportunidad ponzoñosa. Sí, la posibilidad de rebasar de nuevo a Whincup existía, pero no en el mundo real. Nada más darse la bandera verde en la 15ª resalida, Whincup abrió distancia y cayó la losa en el equipo STM/HTP: drive-through para el coche #22. Ofuscado en darlo todo hasta el final, Van Gisbergen pisó demasiado el bordillo saliendo de The Dipper y golpeó el muro. Se acabó la carrera.

Más allá de esos últimos tensos minutos finales, la carrera ha sido un crashfest en toda regla. Un total de 16 neutralizaciones rompen el récord de la prueba. Accidentes de todo tipo y fallos que se pagan caros. Llantos de veteranos como Russell Ingall, que golpeó el muro en The Dipper tras un error de novato. Marcas importantes como BMW hundidas en los problemas mecánicos y en los incidentes. Todo esto es lo que da Bathurst. La Montaña nunca decepciona.

Una de esas marcas afectadas fue Bentley. En concreto el Bentley Continental #8, de Andy Soucek. Lo que tuvo de suerte en los primeros minutos tras el pinchazo y roce contra el muro de Maxime Soulet, se volvió en su contra cuando la suspensión cedió: los daños tras ese contacto con el cemento eran de efecto retardado. Remontaron finalmente hasta la 12ª posición final, pero el sabor amargo de ir siempre a contracorriente no se quita tan fácilmente. Ahora a preparar la temporada 2017.

A nivel de noticias alegres, destacar el doble podio de Brookspeed. Es un equipo australiano, pero el ingeniero de pista de ambos coches es un español: Samuel Canca. Un doble podio que sabe a gloria tras el susto del #41 tras reventar neumático a alta velocidad en el Chase. La grava paró al Porsche Cayman GT4, que volvió al garaje y pudo ser reparado.

Las 12 horas de Bathurst suelen ser un buen aperitivo para 2017. Este año, todavía más. Jamie Whincup, Toni Vilander y Craig Lowndes son los ganadores de las 12 horas de Bathurst de 2017. Shane Van Gisbergen quiere venganza, y esto sólo ha hecho que empezar.