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El Ferrari 288 GTO del futuro

José Miguel Vinuesa
28/08/2017 10:25

Año 1984. Ferrari presenta un modelo que seguía las líneas de diseño de su gama, pero mucho más musculoso y atractivo. Para ello, recupera una denominación legendaria: Gran Turismo Omologato. Acababa de nacer el 288 GTO. Y el diseño que traemos hoy es el que podría ser el modelo de 2020, si la marca decidiese rejuvenecer a este clásico.

El término Omologato ya contaba muchas cosas. Y es que el 288 GTO nació con la mirada puesta en la competición, pero no de circuitos, sino de rally. Debía competir en el campeonato del mundo bajo la normativa del Grupo B, y enfrentarse a marcas como Lancia, Audi o Peugeot, entre otras. ¿Por qué rally? Bueno, algunos modelos preparados por Michelotto habían tenido éxito en este tipo de carreras, así que Enzo Ferrari quiso el premio supremo.

Hacían falta 200 unidades para la homologación del coche. Entre 1984 y 1987 se construyeron 272. Sin embargo, nunca participó en el mundial, porque en 1986 el Grupo B fue eliminado, así que el Ferrari se quedó sin campo de juego. En el lado positivo, acababa de nacer el que es considerado primer supercoche de calle. Con su motor de 2.8 litros de 8 cilindros en V –de ahí el 288– lograba una potencia de 400 caballos, en parte gracias a estar equipado con un doble turbo IHI. Era, es, un coche espectacular en aspecto y rendimiento.

Entonces, ¿por qué no modernizarlo? Ferrari no es dada a hacer ‘remakes’ de sus mejores obras. Puede haber trazos aquí y allá, pero no verás un 250 GTO moderno que parezca un 250 GTO, al estilo, digamos, de un FIAT 500 o Volkswagen Beetle actuales. Pero a algunos diseñadores sí que les atrae la idea de arrancar del pasado los modelos más emblemáticos y refrescarles el aspecto. Es lo que ha hecho Matthew Parsons, un sudafricano que ha reinventado el 288 GTO.

Las formas globales se respetan bastante, de modo que con una mirada ya ves que se trata de una versión moderna del 288 GTO. Pero hay que hacerlo realista, posible. Por eso toma algunas claves de los modelos actuales. Pero vayamos por partes. En el frontal abandona la colocación de los faros en los laterales del capó para devolverlas al frontal mismo, tal y como estaban en el original, con los faros escamoteables en el extremo del capó, y las aberturas longitudinales de refrigeración que lo cruzan de lado a lado, una reminiscencia encantadora. La parrilla y el spoiler inferior beben de modelos actuales, como el Sergio o J50.

El lateral es lo más 288 GTO del concepto. Los pilares A en negro, la forma del pilar C, o la toma de aire de la puerta, así como la de detrás de las ruedas traseras. Y la forma de rematar en la parte trasera con una forma de alerón integrado en la propia carrocería. Sí, esto es un GTO. La parte trasera es la que más se distancia, salvo por los faros redondos. Ahora bien, la impresión es contundente, una trasera rotunda desde cualquier punto de vista, con unos enormes escapes centrales y un gran difusor.

No sabemos nada de motorizaciones, pero obviamente el motor del 488 GTB, el turbo de 8 cilindros, encajaría como anillo al dedo en un coche de dimensiones similares, además de enraizarse en el origen del coche. No podemos negar que nos gusta. Pero olvídalo. Hay Ferrari que son tan especiales que nunca deben ser modernizados. El 288 GTO es un icono demasiado especial. Soñemos un modelo presente, pero disfrutemos de la perfección del pasado.