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Baby Driver no va sobre coches, pero tienen su sitio

José Miguel Vinuesa
02/07/2017 12:22

Una banda de ladrones de bancos siempre necesita un conductor que sepa escapar de todas las complicaciones que se presenten en la huída, y de eso va ‘Baby Driver’, la última película del vilipendiado por Marvel, Edgar Wright.

No es una película de coches, eso debes tenerlo claro, pero Baby, personaje interpretado por Ansel Elgort, es un joven conductor con un talento natural para el pilotaje, y para memorizar todo. Sin embargo, está aquejado de ‘tinnitus’ una enfermedad en el oído que le hace escuchar ruidos, así que se pasa el dia, y especialmente conduce, escuchando música en sus auriculares.

La trama no gira en torno a coches, aunque el Subaru de Baby aparezca frecuentemente en la pantalla. Hay que reconocer que las persecuciones, pese a la falsedad implícita en toda película, son bastante honestas, nada de motores que cambian de marcha 20 veces mientras aceleran, y cosas así. Pero tiene algunas maniobras que va a ser que no. Pero dejémonos cautivar por la magia del cine.

¿Qué tiene bueno? A veces esas persecuciones están tan compenetradas con la música que escucha Baby, que parecen un ballet. Por lo demás, y sin querer reventar la trama, lo típico: robos, Baby que se enamora, complicación de la trama, y resolución. No es la peor película que verás en el cine, pero si esperas coches y coches y coches, que no te engañe el título: esta película no va de coches, aunque el protagonista sea un conductor.