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Antes de comprar Mercedes, Geely lo intentó con Fiat

José Miguel Vinuesa
02/03/2018 09:35

Es evidente que las marcas chinas tienen un gran interés en en el mercado europeo y estadounidense y, para ello, intentan construir poderosos conglomerados empresariales que desplacen el eje de relevancia de occidente al corazón de Asia. Un claro ejemplo es el de la compañía Geely que, antes de convertirse en el principal accionista de Daimler-Mercedes, intentó hacerse con el control del grupo Fiat-Chrysler.

Recientemente, Li Shufu, presidente de Geely, anunció la adquisición del 9’69% del accionariado de Daimler AG, convirtiéndose así en el accionista mayoritario de la compañía tras desembolsar una cantidad cercana a los 7.320 millones de euros. Sin embargo, su compra en Daimler es sólo el segundo plato y la forma de saciar su frustración, ya que su objetivo era otro: el grupo FCA.

Geely no es una empresa que surja de la nada, si bien su creación data de 1986. Obviamente, su crecimiento ha sido espectacular, y ya en diciembre de 2009 anunciaban la compra de Volvo, en cuyas instalaciones el desembarco de técnicos asiáticos ha sido notable, y cuyo impulso regenerativo se ha dejado notar, tanto en el campo de los turismos como en los camiones.

El gigante chino, principal fabricante del país de coches, cuenta con 57 marcas de automóviles propias, entre ellas Lotus. Pero su objetivo era el de hacerse con un grupo consolidado, y con nombres históricos e ilustres. Y así, en agosto del año pasado, Geely estuvo muy cerca de hacerse con el control del Grupo FCA, nada menos que la séptima compañía automovilística del planeta, lo que hubiera sido un bocado de gran calado.

Una vez se conocieron los rumores, el director ejecutivo de Geely, Gui Shengyue, tuvo que salir al paso y acallar las noticias declarando: "No tenemos estos planes en este momento". Sin embargo, no era cierto, y la situación llegó hasta el punto de marcar una cifra para la compra. Y ahí es donde quebró la operación. Sergio Marchionne, que parece dispuesto a la venta, quería una cantidad mucho más alta que la ofrecida por los asiáticos.

Y es que FCA se valora a sí mismo en una cifra cercana a los 27 mil millones de euros, así que podemos hipotetizar sobre la cantidad que se estuvo barajando en el momento en que se rompieron las negociaciones. A cambio de haberla comprado, Geely se hubiera hecho con nombres como Maserati, Alfa Romeo, Dodge, Jeep o Fiat, por citar a algunas.

Sin embargo tenían opiniones muy diferentes sobre cuánto valdría el fabricante de automóviles después de completar su plan quinquenal que se extenderá hasta finales de 2018. Y ahí se acabó el verdadero objetivo de Geely. Y las posibilidades de venta de FCA, cuyos rumores suenan cada vez con más frecuencia, sea íntegra o de alguna de sus marcas.

Así que Shufu se ha tenido que conformar con una participación importante, pero no mayoritaria, en Daimler. No es un bocado menor, pero no es tan explosivo como controlar a todo un grupo consolidado. Eso sí, el avance chino parece imparable.

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