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Acciona y el desafío del World Solar Challenge

23/10/2023 11:04

Acciona está presente en el Bridgestone World Solar Challenge, la competición para coches solares que se celebra en Australia. Lo hace apoyando la participación del ASCEND, el coche que ha realizado la universidad Australia de Deakin.

Esta competición se celebra cada dos años –aunque el Covid impidió que se disputara la de 2021– y enfrenta a vehículos realizados por universidades y escuelas técnicas alimentados por energía solar exclusivamente. Es decir, captan energía proveniente del sol que transforman en la electricidad que acciona su motor eléctrico.

El desafío es importante porque se trata de recorrer la distancia que separa Darwin de Adelaida, atravesando el 'outback', el desierto rojo que ocupa todo el centro de la isla-continente. Una distancia superior a los 3.000 kilómetros –3.021 km exactamente–.

Recordemos que la multinacional española presentó el primer coche eléctrico que tomó parte en el Dakar y que finalmente consiguió acabar la prueba. Y también está presente en el campeonato de Extreme E, con el equipo Acciona-Sainz. Esta nueva acción es coherente con estas otras actuaciones, una forma de expresar la voluntad de Acciona de ser líder en el campo de las nuevas tecnologías energéticas.

ASCEND –Acciona Solar Car Engineering by Deakin– ha sido realizado por más de 1.000 estudiantes de esta universidad australiana. Lo han diseñado de forma que se conduzca y se comporte como un gran turismo y que combine la resistencia para una travesía por el desierto con la comodidad de conducción.

En la presente edición toman parte 38 vehículos de otras tantas universidades de todo el mundo. Países como Turquía, India, Tailandia, Estonia o Arabia están presentes, aunque no hay ninguna universidad española.

Los vehículos están divididos en dos categorías: Challenger y Cruiser. Los primeros compiten para demostrar su velocidad. Los segundos, su eficiencia energética. Es en esta categoría donde compite el ASCEND. El 2005 el Nuna III holandés logró realizar el recorrido de 3.000 kilómetros a un promedio de 102 kilómetros/hora.

Los coches de ambas categorías son bastante diferentes. Los primeros son muy ligeros, de mínima resistencia al avance. Los segundos ofrecen más espacio y confort. En ambos casos, sus formas tienen en cuenta la necesidad de contar con una amplia superficie donde instalar paneles solares. El equilibrio entre estos factores –tamaño, peso, forma, paneles– es la clave del éxito. Por eso, cuando más eficaces sean los paneles, más se pueden optimizar los tres tres factores.

La idea de la prueba nació en 1982 cuando Larry Perkins –que llegó a disputar 11 Grandes Premios de Fórmula 1 en 18 intentos de conseguir un lugar en la parrilla, entre 1975 y 1977, corrió en Le Mans y fue campeón de los V8 Supercar ganando varias veces la Bathurs 1000– realizó el recorrido entre Perth y Sidney –desviándose para dar una vuelta al circuito de Mount Panorama– con el 'Quiet Achiever', un coche solar que construyó junto a su hermano Garry. Entonces el coche sólo alcanzaba los 23 kilómetros/hora de velocidad punta con un motor de 1 kilovatio.