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El Mazda MX-30 R-EV ha recuperado el motor rotativo pero con algunos matices

22/12/2023 11:35

El Mazda MX-30 R-EV es la versión de autonomía extendida del eléctrico, un híbrido enchufable según el fabricante. La particularidad del esquema mecánico es que recupera el motor Wankel, ese que desapareció del mercado junto al deportivo Mazda RX-8 allá por 2010. Así funciona en el nuevo SUV japonés.

Muchos estaban esperando el regreso del motor rotativo aunque la vuelta a la vida del también denominado bloque Wankel no ha sido ni mucho menos parecida a la que antaño tuvo. Tal y como se rumoreaba, sirve para extender al autonomía del modelo 100% eléctrico Mazda MX-30 R-EV, autodenominado híbrido enchufable.

Lo cierto es que una versión eléctrica de autonomía extendida, pues utiliza la mecánica de combustión para recargar la batería de 17,8 kilovatios que incorpora el modelo. Fiel al concepto, es un motor compacto, con una anchura inferior a 840 milímetros y que comparte espacio bajo el capó con la mecánica eléctrica.

El bloque rotativo cuenta con un único rotor de 830 centímetros cúbicos y su rendimiento es de 74 caballos. Pero esta potencia no mueve las ruedas, sino que únicamente servirá para recargar el paquete de baterías y que el motor 'cero emisiones' de 170 caballos pueda seguir alimentándose de energía eléctrica. Un depósito de 50 litros de gasolina lo hace posible, como alternativa a enchufar el coche a una estación de carga, lo que dará para unos 85 kilómetros en ciclo mixto por cada vez que se completen las celdas de la batería.

Este Wankel del MX-30 R-EV utiliza una carcasa de aluminio para rebajar el peso en hasta 15 kilos respecto a lo que sería el uso de materiales tradicionales como el hierro, que también se utiliza allí donde es estrictamente necesario. El sistema de inyección también se ha revisado, de tipo directa y pulverizando el combustible, para disminuir el consumo y las emisiones nocivas.

De esto modo, circular con este coche permite lecturas de consumos en ciclo mixto de 1 litro por cada 100 kilómetros, con emisiones de tan sólo 21 gramos de CO2 por kilómetro recorrido y una autonomía total de 680 kilómetros hasta acabar con la batería y con el combustible.

También hay un importante trabajo en cuanto a la válvula EGR de nueva factura o el sellado del rotor y su desgaste. Hay que recordar que la fiabilidad de esta mecánica fue su talón de Aquiles.

Aquí damos con un concepto distinto, como apoyo al esquema mecánico 100% eléctrico, que es el que mueve el vehículo.

No podemos hablar por tanto, de algo similar a aquel motor rotativo 13B Renesis que dejó el mercado junto al Mazda RX-8. Si bien es cierto que el bloque térmico del MX-30 R-EV deriva de aquel motor, en el RX-8 contaba con dos rotores de 654 centímetros cúbicos cada uno, lo que permitía un rendimiento final de 250 caballos.

Antes de eso, dio vida al Mazda Cosmo Sport en 1964, también con dos rotores, de 798 centímetros cúbicos y proclamándose como el primer modelo de producción que incorporaba la mecánica Wankel, que se llevaba probando desde 1924 cuando el ingeniero Félix Wankel ideó el sistema que sustituía los pistones tradicionales por rotores.

Apostar por esa tecnología, permitió a Mazda vencer en las 24 Horas de Le Mans de 1991, con aquel prototipo 787B que ningún amante de la competición ha podido olvidar. Ese automóvil de carreras montaba un propulsor con cuatro rotores, tenía una cilindrada de 2.6 litros y rendía 700 caballos. Eso hizo que el conjunto de 830 kilos de peso volara por el trazada del La Sarthe.

¿Volverá el motor rotativo a sus orígenes algún día?