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El BMW M8 de 1990: predecesor secreto y origen del McLaren F1

19/05/2019 09:15

A principios de los años 90, BMW desarrolló la versión más radical del que era su buque insignia, el Serie 8. Inicialmente, este M8 iba a montar una mecánica V12 con 550 caballos que lo convertiría en el modelo más potente y prestacional en la historia de la marca, pero su desarrollo quedó inconcluso. La marca lo guardó en secreto durante años, pero su corazón cobró vida en el McLaren F1.

El BMW Serie 8 E31 fue un Gran Turismo deportivo de dos puertas reconocido por sus altas prestaciones a pesar de sus dos toneladas de peso. Se fabricó entre los años 1989 y 1999 y destacaba por su afilada figura de aspecto futurista, en parte gracias a sus faros delanteros escamoteables y a novedosas soluciones tecnológicas. Llegó al mercado cuando se dejó de producir el Serie 6 –igual que ha ocurrido con la actual generación–, aunque los responsables nunca pretendieron que fuese un sucesor. Se construyeron entre 30.600 y 31.000 unidades a un precio de unos 60.460 euros al cambio actual.

La gama de motores no era baladí, pues se ofrecía en configuración V8 o V12 repartidos en seis niveles de potencia. El más potente de ellos fue el 850 CSi de 1994, con 5.5 litros, 380 caballos y una velocidad autolimitada a 250 kilómetros/hora. Los más puristas, aún así, soñaban con que un día se materializara una versión M Motorsport del gran turismo de la marca muniquesa, pero ese día nunca llegó. Es más, BMW afirmó durante años que, aunque el proyecto estuvo encima de la mesa, el M8 nunca llegó a despegar.

No obstante, 20 años después, en 2010, unas filtraciones en el museo de la marca sacaron a la luz que, de hecho, la marca sí había desarrollado un ejemplar. Oculto durante dos décadas, BMW asegurába que cualquier prototipo relacionado con el proyecto se había desmantelado, pero tuvo que retractarse y reconocer que sí había creado un M8 operativo en 1990.

Pintado en un amenazante color rojo y con una evolución del motor V12, desarrollaba 550 caballos de potencia. A ello debía sumarse el trabajo de los ingenieros de la marca en la reducción de peso con el uso de fibra de carbono en una carrocería ensanchada y de plexiglás en las ventanillas. Los característicos faros escamoteables se suprimieron y, en el interior, se acrecentó la sensación de deportividad con el uso de kevlar, alcántara, arneses de seguridad y la eliminación de las plazas traseras. Junto a todo ello, fue necesaria además la adición de un pilar B para aumentar la rigidez del conjunto.

El modelo contaba con un trabajo de ensanche de la carrocería. Nótese la gran entrada de aire tras las puertas

La joya de la corona se encontraba bajo el capó. Se trataba de un motor V12 atmosférico de 6.0 litros de cilindrada que desarrollaba 550 caballos, una cifra estratosférica para la época. Para ponerlo en situación, los Jaguar XJ220 y Bugatti EB110, los coches más rápidos en aquellos años, no llegaron hasta un año después y con una cifra similar de potencia. Este motor tomó como base el V12 del 850 Ci de 300 caballos –denominado internamente como M70–, se le incrementó la cilindrada en un litro, se agregaron dos válvulas más por cilindro y un segundo árbol de levas por bancada, lo que permitió erogar la citada cifra de 550 caballos.

A esta obra de la ingeniería se la denominó S70/1. No cabe duda de que hubiese sido un quebradero de cabeza para los grandes fabricantes de deportivos, en especial para Ferrari, cuyos 412 y 456 GT eran muy parecidos en concepto, pero con menores prestaciones.

 

GERMEN DEL COCHE MÁS RÁPIDO DEL MUNDO

Tal vez porque en aquel momento no había hueco en el mercado para un coche de estas características, el desarrollo de este prototipo no continuó adelante. El coche quedó guardado en los garajes de la marca y se ocultó su existencia al mundo. El S70/1 quedó así como el único ejemplar fabricado, pero no murió del todo, ya que su motor dio vida y fama al que, para muchos es el mejor deportivo de la historia, el McLaren F1.

Según recoge el libro sobre el desarrollo del F1, Driving Ambition, la historia se remonta a julio del año 1990 en el circuito de Hockenheim, para la disputa del Gran Premio de Fórmula 1. Paul Rosche, en ese momento ingeniero jefe de la división M Motorsport de BMW, se acercó a hablar con su viejo amigo Gordon Murray, director técnico del equipo McLaren. Éste le preguntó sobre cómo iban los planes del proyecto secreto de súperdeportivo que Murray tenía entre manos. En ese momento, Murray se quedaba sin tiempo, los plazos le acusaban y Honda había rechazado participar en el proyecto. Así que Rosche, como buen amigo suyo, le ofreció su ayuda y le comentó que su equipo había desarrollado un motor V12 que tal vez podría interesarle.

El 25 de octubre de aquel año, Murray se acercó a las instalaciones de Munich. Sin embargo, al ver el motor, supo que éste era demasiado grande y pesado para el vano motor de su criatura y explicó que lo que necesitaba era ''una gran cilindrada en el menor espacio posible, con no más de 600 milímetros de longitud y 250 kilos''. Además de ello, debía ser lo suficientemente rígido como para actuar de componente estructural y contar con lubricación por cárter seco para minimizar las fuerzas G en curva. Rosche, sin echarse para atrás, dijo: ''sin problema, fabricaremos otro motor''.

Motor del McLaren F1 de 1993, desarrollado por BMW

BMW desarrolló el motor de 635 caballos que hizo famoso al McLaren F1 y que ayudó a romper todos los registros de velocidad, lo que lo convirtió en una leyenda del automovilismo. Todo ello fue gracias a la mecánica implementada para aquel 'inexistente' M8, y en consecuencia así fue bautizado este nuevo motor, como S70/2.

Aquel no fue el único 'hijo' con el que contó el motor del M8. La mecánica del anteriormente citado 850 CSi era prácticamente la misma, solo que con una menor cilindrada. Se llegó a desarrollar otra iteración más, denominada S70/3, destinada al McLaren F1 GTR de competición y a los posteriores prototipos de Le Mans de BMW, el V12 LM y LMR.

Hoy en día, BMW ha vuelto a traer a la vida al Serie 8 y, al igual que hiciera hace 30 años, termina a su vez con el ciclo comercial de su Serie 6. Actualmente se ofrece en dos versiones, el 840d, Diesel, y el M850i,  de gasolina, a un precio de 112.600 y 140.400 euros respectivamente. No obstante, los aficionados quedarán esta vez satisfechos, pues ya se ha confirmado que la firma pondrá en comercialización una versión M8 de su GT, versión cuya presentación está cerca.

Los precios son elevados, acordes al pedigrí de vehículo, pero si algún aficionado desea hacerse con una unidad del Serie 8 debe saber que muchos ejemplares en buen estado de la primera generación –denominada E31– pueden encontrarse a día de hoy por precios que oscilan entre los 15.000 y 30.000 euros, aunque unos años atrás, algunas unidades se vendían en torno a los 10.000 euros.