Soy el hombre grande…

José M. Zapico
01/11/2016 14:20

No quedan muchos hombres vivos verdaderamente grandes vivitos, en activo y que hayan traspasado la barrera del tiempo en la historia de la Fórmula 1. Sir Frank Williams se recupera de una neumonía y está cada vez más desconectado del equipo, Patrick Head dirige ya poco, Flavio está en su casa, Peter Sauber ha vendido sus trastos, Gordon Murray diseña utilitarios, y a Horner, Boullier o Wolff les queda mucho para llegar a ser mitos. Así que sólo nos quedan Bernie, Ron Dennis y Ross Brawn.

Estos dos últimos están siendo noticia en este final de temporada por motivos contrapuestos; a los dos se les abre la puerta, pero a uno para que llegue y al otro para que se pire.

Ross Brawn, de mote 'El Deseado', estaba pescando truchas tan tranquilamente en su chabolo veraniego cuando alguien le llamó y le dijo "hablemos". El ingeniero nuclear no estaba muy por la labor de retornar a la vida activa, y tiene una alcancía valorada en unos 150 minolles de leuros así que volver a currar le hace la misma falta que a ti un traje hecho de plomo. Ya le tentaron desde Ferrari hace tres años y rechazó el ofrecimiento al ser consciente de que no trabajaría libre de injerencias como cuando reinaba el su propia escudería, y dio el portazo en Mercedes cuando Lauda y Wolff le chulearon. "¿Ah, que me vais a vacilar? Pues quedaros con mi mesa, mi despacho, mi coche de empresa, y que sus den morcilla", debió decirles al salir por la puerta de Brackley. Desde entonces lo único que ha hecho ha sido charlar con Adam Parr con el que saca un libro justo dos días después de publicar esta viruta y que promete ser sabroso y medio.

El rumor es fuerte y apunta a que Mr. Brawn tiene ya un papelito firmado con Liberty Media para hacerse cargo de la dirección de todo el cotarro en sustitución de Bernard Charles Ecclestone; al parecer cuenta con la bendición de Jean Todt. Si lo primero tiene bastante sentido, lo segundo no tanto. Ross es un tío de las carreras, de los de pura cepa. Estratega, cabeza pensante, filósofo de la velocidad, pero nadie le ve con un maletín y vestido como un comercial cualquiera vendiendo un producto carísimo de país en país. Es más fácil pensar que llevará, si es que esto acaba ocurriendo, la gestión deportiva, relaciones con los equipos, FIA, medios, etc, y que otro personaje tipo Zak Brown se haga cargo del tema comercial, circuitos, publicidad, derechos de emisión y comerciales, y en general todo lo relacionado con la generación del dinero. En Apple Jobs y Wozniak, en Microsoft Gates y Allen, o sin ir más lejos, en Mercedes Wolff y Lauda. En la empresa moderna la bicefalia lleva al éxito mientras que en la antigua, el factótum era un todo en uno de una manera en la que sólo Bernie era y es capaz de hacer.

Bernie sólo hay uno y cuando el creador le pique el billete su estilo, sus formas y maneras de llevar el negocio morirán con él. Mr. E pertenece a un tiempo que toca a su fin, y ese fin, y esas ecuaciones empresariales, son también las que pueden acabar por llevarse por delante a Ron Dennis. Ecclestone tiene una frase magnífica para definir al jefe de Fernando Alonso: "la diferencia entre él y Flavio es que el italiano ganará un Mundial con 100 millones, mientras que Ron gastaría 300 e hipotecaría su casa para poder conseguirlo". Ron Dennis es otra estatua griega ambulante, pieza fundamental en la historia del automovilismo deportivo y sin la que no se podría comprender. Tras 50 años en la Fórmula 1, es considerado el probablemente mejor jefe de equipo de todos los tiempos, o al menos el que se ha embolsado mayor número de títulos bajo su un único mandato que ha cedido a otros en contadas ocasiones.

El viejo Ron cumplirá los 70 tacos el año que viene y aunque no esté en el día a día del equipo que él mismo creó desde prácticamente la nada, sigue siendo propietario del 25% del accionario de todo. El problemas que entre los amos del 75% restante le quieren dar el bote como responsable de las decisiones. A pesar de que el éxito acompañe al conjunto del grupo industrial, la unión con Honda en la F1 les ha hundido en la miseria deportiva y los amos andan calientes. Que Mr. E salga a la palestra a defender a su viejo amigo no es más que prueba irrefutable de que el rumor es tan cierto como la negritud del espacio sideral. Si Ron sale, es muy posible que el novedoso Jost Capito asuma, al modo expuesto ante con Brawn & Brown, una posible bicefalia con Eric Boullier al mando operativo de la escudería. Esto abriría la puerta a otros posibles cambios y a los que Dennis, aparentemente, parece opuesto. Se habla de la posible venta, al modo que hizo BrawnGP con Mercedes, a Honda si no en su totalidad al menos de un bocado accionarial hermosote. De todo esto… las preguntas al aire de Alonso en los prolegómenos del gepé mexicano cuando pidió claridad sobre esto. Si su futuro depende de estos cambios, quiere saber de qué cambios se trata.

Juan ya no se asusta de su tío Miguel 'el hombre grande' que es lo mismo que debería ocurrir en la F1 con estos otros hombres grandes. Su llegada no mete miedo, pero como Juan a sus casi 50 tacos, abre mucho los ojos cuando el tío Miguel entra por la puerta. La F1 ya está bajo una mesa como la que se escondía Juan de crío, y lo que hace falta es que alguien la saque de ahí. A lo mejor son estos.