Williams ya ha recibido su mejor regalo de homenaje: ROKiT

13/07/2019 09:50

Medio siglo es mucha historia. Seguramente Frank hará un rápido repaso de ellos. Años de dificultades, como en sus inicios cuando usaba los neumáticos que Ferrari desestimaba por usados o en alguna ocasión debió pedir dinero para poder repostar los camiones en el recorrido de vuelta a la base, y de éxitos, como cuando convenció a los saudís de que patrocinaran su equipo. De tragedias, como los accidentes mortales de Piers Courage o Ayrton Senna, y gloria, como los títulos conseguidos con motores Honda o Renault, con Alan Jones, Keke Rosberg, Nelson Piquet, Alain Prost, Nigel Mansell, Damon Hill, Jacques Villeneuve. De golpes de fortuna cuando todo parece casi perdido.

La historia del equipo Williams es el fiel reflejo de la pasión de Frank por la Fórmula 1 y su espíritu de lucha, de no rendirse jamás como la leyenda del indomable.

En cierta forma, este espíritu se refleja en su propia vida: cuadripléjico a causa de un accidente de automóvil, Williams no dejó caer su equipo sino que luchó para volver a ponerse al frente de él. Los periodistas más veteranos recuerdan a Frank ‘descansando’ sobre una tabla casi vertical, con una determinada inclinación, para estar erguido, apoyado sobre pies y codos -tenía reposapiés y reposabrazos- pero en el circuito.

Frank, además, es un hombre de convicciones claras, de equipo, Lo ha dicho muchas veces, pero podemos resumir su filosofía en algunas frases que dijo en sus años de oro: “Me importante un pepino cual de mis dos empleados gana las carreras, mientras las ganes” o cuando definió a su mano derecha, hombre de confianza y guardián del equipo durante la larga recuperación tras su accidente, Patrick Head: “¿Su mejor cualidad? Sabe ceñirse al presupuesto”. Quizás por eso Williams sobrevive todavía.

Pero vuelvo a ROKiT. Lo que me fascina es que hayan sido dos hombres de las carreras los que están detrás de la empresa patrocinadora y hayan decidido prestarle ayuda. Son dos hombres que conocen profundamente las carreras como John Paul DeJoria, el que fuera propietario del Tequila Patron, patrocinador de la IMSA y propietario del mejor equipo de la categoría, que conoce por tanto muy bien el mundo de las carreras, y su socio, Jonathan Kendrick, un hombre de negocios que inició su fortuna en las carreras, y cuya mujer le obligó a renunciar a una jubilación prematura tras vender sus negocios porque no lo soportaba encerrado en casa.

Me apasionan estas dos historias, sobre todo la de Kendrick, pero en su día, en sus inicios, estuvo colaborando, como ingeniero de Goodyear, con el equipo de Frank Williams. Y esto fue lo que hizo que la negociación se cerrara en un plisplás, de forma increíble y casi inédita en estos tiempos.