McLaren: Operación Derribo y Reconstrucción

28/04/2018 09:37

Pero ha sucedido todo lo contrario. El motor Honda no fue competitivo nunca y en McLaren fueron perdiendo la ilusión y quizás conformándose a su suerte convencidos de que con el propulsor japonés no había nada que hacer. 

Los males de McLaren no vienen de ahora, claro. La competitividad perdida no se recupera en un día ni siquiera en una temporada. Especialmente cuando el declive no es fruto de un error sino que lleva un cierto tiempo cocinándose. 

No. No se engañen. La situación actual ni siquiera resulta 'herencia' de la desastrosa relación con Honda, sino que el declive comenzó bastante antes, en 2013, hace ahora un lustro. Justo desde que el equipo Mercedes comenzó a 'pirular' y a convertirse en aspirante al título. 

Las dos últimas temporadas con Mercedes, 2013 y 2014, ya estuvieron por debajo de las expectativas. De luchar por el título o al menos por las primeras plazas –segundos en el de Constructores 2010 y 2011, terceros en 2012- a estar en el pelotón -quintos en 2013 y 2014-, para hundirse definitivamente en 2015, cuando fueron novenos en el Mundial, la misma clasificación que el año pasado tras un pequeño repunte, 6º, en 2016.

Su última victoria data de 2012 y la firmó Jenson Button. En Baréin se superó la cota de los 100 Grandes Premios sin victorias. Su última Pole del mismo año. Y quizás también hubiera sido su último podio de no ser por dos podios atípicos en el GP de Australia de 2014. Es tiempo, mucho tiempo, sobre todo para el segundo equipo histórico de la Fórmula 1, el segundo por palmarés de todos los tiempos.

Está claro que una racha así no se endereza ni en dos días, ni en dos meses, ni en dos años. Alguien que conoce bien al equipo me dijo que "de los hombres de aquellos éxitos ya no queda nadie". Y otro que sigue muy de cerca los avatares del equipo, admitió que "estaban acostumbrados a estar delante sin esfuerzo y cuando llegó Honda se durmieron pensando que todo el problema era el motor japonés". 

Incluso hay quien describe a McLaren como "un ministerio más que un equipo de Fórmula 1". Es decir, una estructura gigante, con muchos jefes de departamento, menos funcionarios de a pie y donde ser un 'hombre de...' tiene su importancia  para lo bueno y para lo malo.

Pero incluso sería asumible sin el 'parón técnico' que se ha producido en el equipo de carreras debido tanto a la 'huida de patrocinadores' y consiguiente retroceso en los ingresos -desde que en 2013 desapareció Vodafone y Ron Dennis no quería 'aceptar patrocinio lowcost o de un cierto prestigio- como por el hecho de que los recursos financieros del grupo han estado estos últimos años dirigidos a McLaren Cars o Automotive, es decir la división de los GT de calle, cuyo primer producto fue lanzado en 2011.

Es curioso. Ferrari fabricó GT para financiar sus carreras. En McLaren parece que han hecho lo contrario: sacrificar la F1 para apostar por los GT.

Algo de eso intuyó Ron Dennis cuando decidió retomar el mando de las operaciones de F1, del que había sido apartado en 2007 tras el famoso 'spygate'. Pero estallaron las discrepancias entre Ron y Mansour Ojjeh, su socio de siempre, el hombre que había traido el oro del fondo soberano de Bahrein. Ojjeh no compartía las decisiones que tomó Ron mientras él estaba convaleciente de un doble trasplante de pulmón. Es más, el financiero se sintió engañado y la reacción fue clara: "O nos compras las acciones o te las compramos".

Un periodo de tiempo convulso en el que Dennis busco apoyos financieros en Japón y en China. Creyó haberlo logrado pero a la postre los contactos y conversaciones no se materializaron y Ron salió del equipo de la que había sido su casa.

En McLaren siempre han sostenido que todas estas luchas no han tenido incidencia en el equipo, pero es muy difícil que las convulsiones de toda esta batalla entre accionistas no se reflejaran, aunque sólo fuera por el hecho de que requería la atención de los hombres que mandan.

Jos Capito fue el hombre a quien Dennis pidió pusiera orden. Pero tras la caída de Ron, fue la primera víctima. Y da la impresión que el equipo ha carecido de un líder claro en los últimos tiempos y de un responsable técnico capaz de imponer su autoridad. Parece que todo deba decidirse por inestables y frágiles consensos. Al menos esta es la impresión que da visto desde fuera.

Desde fuera me vino a la memoria algo, una historia, una película: Titanic. La impresión es que resulta un monstruo grande, pesado, difícil de manejar. Que cuando empieza a girar tarda demasiado… y que ha habido capitanes que, como en el Titanic,  han creído que su barco era poco menos que indestructible... y entonces las órdenes llegan tarde y mal,

El tiempo pasa y los resultados no llegan. Como en el fútbol, el cuadro técnico es el primero en caer. 

Zak Bown ha sido comisionado para esa operación 'derribo y construcción' que acaba de ponerse en marcha. Los accionistas no han esperado mucho este año. Los primeros GP les han convencido de que el problema no era el motor Honda y que éste era simplemente uno más, quizás uno de los más importantes, pero no el único. Y que los daños estructurales exigen una actuación drástica: un derribo -al menos de algunas partes- y una reconstrucción y rehabilitación.