Las sanciones, asignatura pendiente

14/05/2017 17:33

Hoy se ha visto claramente en Montmeló. Me ha gustado que algunas acciones que hasta el pasado año habría sido por lo menos 'drive-through' este año se consideren simples lances de carrera. Esto nos ha permitido ver en este Gran Premio y en otros anteriores batallas cuerpo a cuerpo que parecían olvidadas y que sólo de tarde en tarde se permitía al exuberante Max Verstappen. Pero a la vez hay otras situaciones en los que la actual forma de actuar perjudica al piloto 'inocente'.

Y me refiero en concreto a Carlos Sainz. Para el madrileño, Pascal Wehrlein fue un muro insalvable -con un Sauber, sí, y eso es algo sobre lo que hablaremos próximamente-, un muro virtual que pudo arruinar la carrera del madrileño. 

Y todo ello sabiendo que Pascal tenía cinco segundos de penalización y que Sainz iba a quedar en cualquier forma por delante en la clasificación final. Entiendo al alemán: defendía su posibilidad de alejarse de Sainz, cobrar esos cinco segundos de ventaja precisamente para mantener la séptima plaza. Pero en esta batalla le privó de intentar alcanzar a Hülkenberg de una parte y pudo haberle dejando a merced de Kvyat y Grosjean. Y eso no me parece de recibo.

Comprendo que en los instantes finales de carrera no haya tiempo material para cumplir una sanción y deba sumarse tiempo a la clasificación final. Pero quedaba aún casi media carrera por delante. 

Cierto, si Pascal hubiera parado a cambiar ruedas, la sanción se hubiera cumplido y Sainz habría quedado séptimo a los ojos de todos -estoy seguro que muchos aficionados presentes ni se enteraron de la situación- pero no puede encomendarse el cumplimiento de una sanción, o la forma de cumplirla, a la táctica de un equipo.  

Es un punto que habrá que, a mi entender, revisar. Hoy, en Montmeló, la sanción de Wehrlein también la cumplió en cierta forma Sainz.