La parrilla de 2024 será continuista y ello implica colapso en la pirámide de formación

30/09/2023 14:47

Es cierto, habrá un pequeño cambio con respecto al ’20 inicial’ de inicios de 2023, ya que a media temporada Nyck de Vries fue sustituido por Daniel Ricciardo en AlphaTauri… y éste por el momento está siendo sustituido por Liam Lawson debido a una fractura de muñeca.

Sólo queda un asiento oficialmente libre, el de Williams. Logan Sargeant debería conservarlo. James Vowles dice que quiere continuar con el americano, pero a la vez está preocupado por los últimos fuertes accidentes de este, que tienen impacto en el coche del próximo año, cosas del ‘límite presupuestario’.

Y se está muy pendiente de Sergio Pérez. El mexicano está intentando no dejarse abducir por su bajo momento de forma e incluso ha contratado un preparador mental.

El que continúen los mismos tiene un significado claro: no sube ningún piloto de la categoría de formación clave, la F2. Algunos talentos tras ganar se ven abocados a ser ‘reservas’ o ‘pilotos de simulador’ de la F1. Otros buscan acomodo, ya sea ‘emigrando’ a IndyCar, ya sea en otras categorías incluso con menor ‘pedigree’ que la F2 pero que al menos son profesionales: Fórmula E, LMP2 y GT, aunque ahora con los ‘Hypercar’ se ha abierto otra categoría.

Lian Lawson estaba ahí aparcado en la Super Fórmula japonesa, tras un paso por el DTM y si ha conseguido debutar en F1 es por lesión de Ricciardo… pero ya sabe a priori que en 2024 volverá a su rol de reserva a la espera de una ventana abierta en 2025.

Felipe Drugovich está de presente en Aston Martin sin visos de subir por el momento. Théo Pourchaire debe ser campeón de F2 este año, pero sabe que no subirá a Alfa Romeo el próximo. Jack Aitken se pasó a Resistencia. Marcus Armstrong se ha ido a IndyCar. Jack Doohan es reserva de Alpine y todo lo más que puede aspirar por ahora es pilotar el próximo año en el WEC para Alpine.

Está claro que los jóvenes pilotos temen claramente un problema. Pueden resistir quizás un año, pero si su rol de reservas se eterniza corren el riesgo de que “se les pase el arroz”… como le ha sucedido a De Vries.

Los equipos en la actualidad se muestran reacios a los jóvenes talentos, salvo que lo vean muy claro. Hay dos razones clave para ello. De una parte el salto de F2 a F1 es brutal. De otra, la falta de test. Y una tercera, el límite presupuestario.

El salto es tan brutal que los equipos no dudan en ‘aparcar’ un año como ‘probadores de simulador’ a sus pupilos para que vayan adquiriendo experiencia en la complejidad del manejo de un F1. Experiencia teórica, al menos. Y para que se vayan habituando al ritmo y filosofía de trabajo de la categoría.

Por otra parte, la experiencia en la puesta a punto es clave. Y también el no complicarse la vida con accidentes. Esta es la razón por la cual Haas decidió dejar de lado los jóvenes talentos y recuperar dos veteranos, Kevin Magnussen y Nico Hulkenberg.

En otras épocas los pilotos debutaban con 10.000 o 15.000 km a cuestas de test, mínimo. Algunos pilotos -Stroll y Latifi- no han dudado en efectuar test con un F1 de dos años de antigüedad para irse habituando, pero son pocos los que están en disposición de hacerlo.

Con el límite presupuestario, cada euro dedicado a reparaciones es un euro menos para gastar en desarrollo. Y está claro que la falta de experiencia es señalada por los ‘ingenieros financieros’ como un peligro.

La duda, sin embargo, está ahí. ¿La pirámide de formación no forma lo suficiente? O quizás el problema es que hay crisis de talento.