Historias de F1: un chasis de madera en el Gran Premio de Alemania de 1967

31/01/2023 07:53

El coche no era un Fórmula 1, sino un Fórmula 2. Los organizadores del Gran Premios de Alemania completaban la parrilla con los Fórmula 2 porque los 22,8 kilómetros del viejo Nurburgring eran demasiado largos para una parrilla de Fórmula 1 tradicional; no había suficientes coches de la categoría.

Así que técnicamente no era un Fórmula 1, pero corrió una prueba del Campeonato del Mundo, aunque sin opción a puntuar.

Brian acabó la carrera. Arhens se retiró. En cualquier caso, los Fórmula 2 no restaban puntos para el Mundial de Fórmula 1, lo que permitió a Guy Ligier sumar el único punto de su carrera como piloto. Y los Fórmula 1 salían por delante de los Fórmula 2, en dos parrillas separadas… como se hace hoy en carreras de Resistencia para separar las diversas categorías.

Y sí, el Harris-Costin Protos, o Protos a secas, tenía un chasis monocasco de madera, de finas láminas de madera contrachapada, encoladas y superpuestas, sostenidas por mamparas de metal. El monocasco acababa a espaldas del piloto, donde iba atornillado a la mampara metálica y un subchasis tubular para sujetar el motor, un Ford Cosworth 1.6

El realizador del coche fue Frank Costin, ingeniero aerodinámico que había trabajado en Vanwall y en Lotus. Hermano de Mike Costin, el ‘Cos’ de Cosworth.

Fue un encargo de Ron Harris, quien tenía una escudería de Fórmula 2. Le pidió a Frank un chasis de Fórmula 2, pero tenía que estar listo para el inicio de la temporada. El coche fue hecho en apenas cinco meses y medio.

Pero no era el chasis, que no se veía, lo que llamó la atención de los aficionados, sino que Costin equipó al coche con una cúpula de plexiglás y un capó motor, que en aquellos tiempos no se estilaba. Claro, el material del chasis no se veía.

Fue esta aerodinámica, su bajo drag, lo que permitió a Brian Hart acabar segundo en una carrera de Fórmula 2 en Hockenheim. Hart tomó algunos puntos en otras ocasiones.

El coche fue pilotado en Fórmula 2 también por Eric Offenstadt —de hecho, Ahrens fue llamado al GP de Alemania porque el fracés estaba lesionado— Rob Slotemaker, Pedro Rodríguez y Vic Elford, entre otros.

Precisamente, Pedro Rodríguez sufrió un grave accidente en Enna, uno de los trazados más rápidas, en Fórmula 2 cuando estaba batallado con Jean Pierre Beltoise. La leyenda dice que el motor y el volante fueron los únicos pedazos grandes que quedaron del coche; el resto eran astillas.  Pedro salió volando con su asiento, pero milagrosamente indemne. Los Protos siguieron corriendo en 1968, antes de quedar arrinconados.

Recuerdo haber visto este coche en el Gran Premio de Barcelona de Fórmula 2 y me llamó poderosamente la atención por su diseño limpio y suavemente redondeado.