Historias de F1: Jack Brabham iba a conducir para Aston Martin en 1959, pero se quedó en Cooper... y ganó sus dos primeros títulos

24/01/2023 19:49

En 1958, ambos fueron compañeros de equipo en Cooper. Roy acabó cuarto del campeonato y Brabham, debutante en la categoría, fue decimoctavo gracias a los tres puntos logrados en la primera carrera de la temporada.

Ambos debían seguir siendo compañeros en 1959… pero en Aston Martin. Tras los éxitos en carreras de coches sport y GT, David Brown, el dueño de Aston Martin, había decidido entrar en el Gran Circo para 1959.

Reg Parnell, el director deportivo de Aston Martin, los quería consigo. Y habló con ambos. No consta que hubiera contrato, pero sí que hubo apretón de manos… que por entonces era algo que ‘iba a misa’.

1958 era el segundo año de motores de 2.5 litros en la F1. Cooper, que se había incorporado en 1957 al Mundial, debió contentarse con un motor Climax de 2 litros y en 1958, del mismo propulsor pero con la cilindrada llevada a 2.2 litros, ambos basados en un motor más pequeño, el 1.5.

Aston Martin llevaba tiempo interesada en la F1, pero la prioridad estaba en las carreras de sport y GT. Ya se había alineado en Grandes Premios antes de la II Guerra Mundial, cuando la marca era propiedad del rico aristócrata británico de origen polaco Louis Zborowski, a la sazón asimismo piloto. Pero Zborowski falleció en accidente en Monza en 1924. Más adelante, la marca se haría un nombre en las carreras de Sport.

De hecho, el primer prototipo de F1 era un DBR4, del que se derivaría el coche ganador en las 24 Horas de Le Mans en 1959. Pero si en carreras de Sport era competitivo, como monoplaza estaba obsoleto.

El Cooper era muy pequeño y el único con motor central posterior, que debía ofrecerles alguna ventaja. Si hasta la fecha no habían brillado era por el motor. Pero para 1959, Climax preparó un nuevo propulsor de 2.5 litros, ya no derivado del pequeño 1.5, sino nuevo.

Brabham se enteró y sospechó que este motor en el chasis de un Cooper podría hacer maravillas. Esso intervino y puso los fondos necesarios para que el australiano se quedara en el equipo.

Salvadori reconoció que Jack le habló y que pensaba que tenía razón, "pero había dado mi palabra a Parnell". Brabham no se lo pensó y le dijo a Roy que iba a llamar a Reg (Parnell) para decirle que se quedaba en Cooper. De hecho, Salvadori quiso hablar con Parnell, pese a los años que llevaba corriendo en Sports con ellos, pero no pudo decir palabra. "¿No me harás lo mismo que Jack?", le dijo Parnell nada más iniciar la conversación.

El Aston fue un fiasco. Corrió pocas carerras –cuatro en el 59 y una en el 60– y Roy se las apañó para aparecer en otras con un Cooper privado mientras Jack Brabham se hacía con los dos títulos consecutivos.

John Wyer, el mítico manager de Resistencia (los Porsche 917 Gulf, los Ford GT40 o los Mirage, todos ellos con los colores de Gulf) era a la sazón gerente del equipo. "El Aston Martin DBR4 de 1959 era un buen coche, pero cuando apareció en 1959 estaba ya desactualizado, como todos los de motor delantero".

Jack, retractándose de lo prometido, tuvo razón. De no haberlo hecho, probablemente no habría llegado a tricampeón del mundo. Quizás ni hubiera podido fundar el equipo que llevó su nombre y ser el único piloto de la historia campeón con coche propio.