El dilema de Hamilton y Verstappen: ¿dónde estreno motor?

23/09/2021 12:51

Los ingenieros tácticos y los motoristas a buen seguro debe estar efectuando mil y una cábalas porque el acierto o no acierto del momento de hacer el cambio de propulsor puede tener incidencia decisiva en la batalla por el título.

Está claro que deben cambiar motor en un circuito donde sea favorable adelantar, es decir, donde puedan recuperar las plazas de parrilla perdidas. Ésta es la primera premisa: minimizar las pérdidas de puntos con respecto al rival. Es verdad de 'perogrullo'.

No hay que esperar a que un motor se agote, sino hacerlo en el momento idóneo, aunque queden todavía demasiados Grandes Premios para abordarlos con una sola unidad de potencia. El motor que se descarta, aún con vida útil por delante, puede reutilizarse.

Para los profanos, un motor debe durar ocho Grandes Premios y cada Gran Premio va perdiendo algo de rendimiento. Pero para los ingenieros de los equipos la realidad es mucho más compleja: el desgaste y pérdida de motor depende del tiempo de funcionamiento a plena carga.

Por decirlo de una forma sencilla y didáctica, un motor puede funcionar un determinado tiempo a régimen máximo y plena carga, un determinado tiempo al 95% de carga, un determinado tiempo al 92%, etc. Uno de los problemas que afrontan tácticos y motoristas es cuadrar el planing de cuánto tiempo funcionan a cada régimen y cargar un motor para calcular cuánta vida útil les queda y cuánto tiempo pueden soportar plena carga.

Por eso se escucha algunas veces a los ingenieros pedir calma; cuando la carrera está jugada, se disminuye la potencia del motor. Por eso en ocasiones ves que alguien remonta sobre otro piloto y éste, cuando se acerca demasiado vuelve a separarse: ha cuidado los neumáticos y el motor y puede ponerse de nuevo en modo ataque. Por eso los pilotos en ocasiones piden permiso para apretar motor o dicen eso de "dame más potencia".

El segundo tema importante es conservar un motor en gran forma para el evento final o los dos finales. No puedes correr el riesgo, ni por rendimiento ni por fiabilidad, de llegar al Gran Premio decisivo con un motor que ha perdido potencia, que apenas puedes usar el momento de máxima potencia o que esté al borde del colapso.

Y, sobre todo, hay que tener cintura, mucha cintura. La decisión teórica es posible que esté tomada, pero los acontecimientos pueden aconsejar un cambio sobre la marcha. No porque surja una alerta en el propulsor, sino por circunstancias de GP.

Por ejemplo, que el rival cambia propulsor para estar en igualdad de condiciones. Por ejemplo, que se prevé lluvia con cierta certeza… quizás convenga usar el propulsar al que le quede menos vida útil. Que una vez completados los entrenamientos libres se ve que se es muy competitivo o que, por el contrario, hay problemas: puede ser el momento de cambiar. Si has clasificado mal… puede ser el momento de afrontar la penalización.

Quedan ocho Grandes Premios, en teoría las carreras que debe durar un motor. Pero tanto Max como Lewis estrenaron el tercer motor antes de hora. Lewis lo hizo en Spa, por lo que su tercer motor lleva ya dos Grandes Premios y medio –el medio va por Spa, ya que no se disputó la carrera–. Max lo hizo en Hungría, por lo que lleva tres Grandes Premios y medio.

Sobre el papel, a Lewis le queda útil el primer motor, que sólo hizo cinco Grandes Premios, y el segundo, que hizo seis. A Máx sólo le queda un GP con el primer motor… mientras que el segundo no se pudo aprovechar tras su accidente.

Puestas así las cosas, Lewis lleva una pequeña ventaja sobre Max. Puede permitirse el lujo de emplear un motor viejo los viernes y reservar el nuevo para sábados y domingos.

En teoría Sochi es un buen momento de penalizar para Max. Es posible adelantar y el trazado es claramente Mercedes; al menos las fechas de plata han ganado allí los siete Grandes Premios disputados. Para Mercedes, el cambio podría estar bien en México, un trazado donde la gran altura favorece a Red Bull y ellos no han sido tan brillantes o en Estados Unidos, donde se puede remontar con cierta facilidad.

Ni Lewis ni Max pueden correr el riesgo, como sucedió en Hungría con el bloqueo de Fernando Alonso a Lewis Hamilton una docena de vueltas, de que un tercero bloquee los planes, Max puede contar con Sergio Pérez o Pierre Gasly para esta labor. Lewis, con Valtteri Bottas, los McLaren e incluso los Aston Martin. Es un detalle a tener asimismo en cuenta.

Obviamente los dos o tres últimos Grandes Premios quedan descartados porque se puede estar ante una situación en la que no se puede ceder ningún punto.

Sin duda un fin de temporada apasionante, en la que los grandes protagonistas tienen ante sí lo que podríamos llamar un dilema… pero con tantas cosas a evaluar que más que dilema es 'trilema'.