Binotto gana tiempo para reestructurar Ferrari

22/07/2020 07:58

Mattia Binotto ha dicho claramente que la crisis actual de Ferrari no se soluciona cortando cabezas y, sobre todo, ha comprendido que el problema esencial de la Scuderia no es de hombres sino de organigrama. Un problema recurrente desde tiempo inmemoriales en Ferrari. Desde que Jody Scheckter, en el ya antediluviano 1979 sólo han gozado de un lustro de grandes éxitos, de una década con cinco años de crecimiento y cinco de cosecha. Fue entre 1995 y 2005.

En ellos la estabilidad del equipo fue una de las claves, pese a la impaciencia de los primeros años. Jean Todt supo aglutinar un equipo fantástico en torno a Ross Brawn, Rory Byrne y Michael Schumacher y gozó de auténticas manos libres.

En los últimos años, tal como ha dicho Luca di Montezemolo, han sobrado urgencias y ejecuciones y ha faltado tranquilidad; ha sobrado politiqueo interno y reinos de taifas y ha fallado el liderazgo… o quizás simplemente el liderazgo ha sido sólo un título desprovisto de suficientes atribuciones.

La situación de Ferrari es la de un equipo que "buscando tener un coche ganador acaba no teniéndolo nunca" porque las urgencias no dejan hacer lo importante.

Hagamos un breve repaso sólo de la útima década. Dos campeones del mundo 'quemados', Fernando Alonso y Sebastian Vettel, como antes pasó con Nigel Mansell –bueno, Mansell o Alain Prost–. Baile de jefes: Stefano Domenicali, Marco Mattiacci, Maurizio Arrivabene y Mattia Binotto. Y una serie de ingenieros válidos –Aldo Costa, James Allison, Nikolas Tombazis, Pat Fry, Luca Marmorini, Gilles Simon– han salido de Maranello y algunos de ellos han recalado, con éxito, en el equipo dominador de estos años, Mercedes. Es una señal de que los hombres no eran el problema.

Ahora Binotto, con la bendición de Louis Camilleri y John Elkann ha apostado por lo importante y han dejado de lado lo urgente. Después de todo, en 2022 cambian las reglas y cada modificación de normativa es una oportunidad. Parece que han asumido el problema.

Al renovar su confianza en Binotto –aunque esto, como en el fútbol, puede no ser nada si no se ven progresos–, Elkann y Camilleri han apostado por un cambio de rumbo que no tiene que ver con los hombres, sino con el organigrama. Sólo una vez confeccionado éste, decidido el nuevo método de trabajo, habrá que colocar en cada casilla al hombre adecuado y buscar el refuerzo o la pieza adecuada fuera si es necesario.

Eso sí, cabe preguntarse si Enrico Cardile, David Sánchez –responsable aerodinámico– y Laurent Mekies son las personas adecuadas. De hecho, sobre todo los dos primeros están en entredicho.

Y, entre tanto, hay que seguir dotándose de las armas necesarias. El simulador nuevo, con muchas más posibilidades, estará disponible antes de que acabe el año, a tiempo para desarrollar el coche de 2022. Los errores de este año, con las reglas actuales, no podrán subsanarse, todo lo más paliarse. En 2022 ya no habrá excusas, pero antes debe haber algún progreso, al menos escapar del acoso de los mejores de segunda división.