Alonso tiene las herramientas necesarias para asaltar Indianápolis

11/08/2020 10:08

En 2017, su primer intento, no estuvo lejos de hacerlo. Lideró 27 vueltas y estaba en el grupo de cabeza que en los giros finales es el que se juega el triunfo, pero la rotura de motor le privó de, por lo menos, pelear por ello.

En 2019, el año pasado, todo fue un desastre. McLaren quiso preparlo todo bien, pero la negativa de Honda a suministrar motor –que no debería sorprender– hizo que todos los planes cambiaran: no se pudo ir con Andretti, como en 2017, se tuvo que llegar a un acuerdo final con el Team Carlin, todavía bisoño en Indycar y sobre todo en Indianápolis, y Fernando pasó –pese a unos esfuerzos titánicos por evitarlo– por la ignominia de no clasificarse.

Este año son muchos los que se preguntan que si se parecerá más a 2017 ó a 2019. No me cabe ninguna duda de que se parecerá mucho más a la primera participación. Es cierto, no podrá contar con el apoyo del Team Andretti, como quizás le hubiera gustado, pues estos usan el motor Honda y la marca japonesa sigue reacia a trabajar con el asturiano, pero McLaren ha preparado bien, muy bien las cosas.

McLaren ha preparado la Indycar muy en serio. No nos referimos sólo a las 500 Millas, sino a todo el Campeonato. Ha establecido equipo permanente para la categoría, pero no un equipo propio, sino que unió fuerzas con uno de los mejores del certamen, el Schmidt Peterson, propiedad de Sam Schmidt.

En 2016, los tres coches de Sam se metieron entre los diez mejores de la parrilla, con la Pole para James Hinchcliffe, el séptimo puesto para Mikhail Aleshin y el décimo para Oriol Servià.

La columna de Alex Palou: aquí empiezo el camino de las 500 Millas de Indianápolis

 

Un Sam Schmidt, hombre de historia espectacular, de los que –como Fernando– no sabe el significado de la palabra rendirse… o quizás es que no figura en su vocabulario. Ha corrido las 500 Millas con equipo propio, sufrió un accidente que le dejó tetrapléjico, continuó haciendo correr su equipo y ahora rige los destinos de una de las empresas líderes en Estados Unidos en material para discapacitados. El hecho de ser tetrapléjico no le ha impedido volver a rodar en Indianápolis con un Corvette adaptado. No dudó en abandonar el motor Honda ni desprenderse de su piloto fetiche, James Hinchcliffe, y adoptar propulsores Chevrolet para poder asociarse con McLaren.

Un equipo que se ha reforzado, que ha fichado para Fernando a un ingeniero con experiencia en Indianápolis y que en las primeras carreras de este año, ha luchado por los mejores lugares con dos debutantes, Oliver Askew y Pato O'Ward. Éste último va cuarto del Campeonato y ha logrado una Pole.

Es cierto. Con respecto a 2017, con Andretti hay una diferencia: Alonso no podrá contar con los consejos de pilotos experimentados en las 500 Millas, ni quizás consultar su telemetría. Pero ello no debe ser un problema insalvable para el asturiano, que ya tiene una participación –y sonada– experiencia.

¿Puede ganar Fernando? Indianápolis es una carrera diferente, con golpes de teatro inesperados, con circunstancias que favorecen o perjudican –las 'caution'– de forma un tanto caprichosa. Puedes salir en última posición y ganar. Puedes salir en Pole y dar apenas la primera curva. El muro te acecha siempre, parece que es un imán para el coche. La estrategia puede darte la victoria o llevarte al fracaso.

Alrededor de Alonso se ha juntado todo lo necesario para crear un paquete ganador. Sólo falta un ingrediente, un poco de fortuna, lo que ya no depende ni del asturiano ni del equipo.