1983, el año de los ocho ganadores diferentes

05/01/2023 08:49

¡Ocho pilotos ganadores en una temporada! ¡Seis equipos en lo más alto del cajón! ¡Once pilotos, de seis equipos distintos en los podios! Esto sucedió hace 40 años, en 1983. Liberty, la FIA y los aficionados venderían su alma al diablo porque volviera a suceder.

En 1983, Prost, Piquet, Tambay, Arnoux, Patrese, Rosberg, Watson y Alboreto subieron a lo más alto del podio. Ferrari, Brabham, Renault, Tyrrell y McLaren lo hicieron como constructores. De Cesaris y Alfa Romeo hicieron dos veces segundos. Cheever, Lauda y Mansell también subieron al podio.

Posiblemente el sueño de cualquier aficionado a la Fórmula 1. Sólo quizás igualado por aquel 2010 en el que llegaron a Abu Dabi cuatro pilotos jugándose el título: Alonso, Webber, Vettel y Hamilton, siendo Vettel quien se llevó la corona. Pero sólo hubo cinco pilotos que ganaron algún Gran Premio —los cuatro antes citados y Button— y eran de tres equipos tan sólo —Red Bull, Ferrari y McLaren — y sólo ocho pilotos hollaron el podio.

Aquel año Nelson Piquet ganó el título con el Brabham BMW, superando a Alain Prost por dos puntos. El francés ganó cuatro de los 15 Grandes Premios por tres del brasileño, pero el Renault seguía teniendo problemas de fiabilidad, abandonó una vez más que Piquet y ello fue decisivo para que el brasileño se coronara campeón por sólo dos puntos. El abandono de Prost en la última carrera del año cuando era tercero y tenía el título casi en el bolsillo, a causa de la rotura del turbo, y el de René Arnoux, con Ferrari en las dos últimas, fueron decisivos.

Es posible que Nelson hubiera ganado de igual forma el título. Estaba mandando tranquilamente por delante de Ricardo Patrese, pero cuando supo del abandono de Prost y sabiendo que un cuarto puesto le bastaba, decidió reducir la presión del turbo para no correr riesgos y dejó pasar a Patrese, que estaba 26” por detrás y Niki Lauda, para entrar tercero.

Aquel año, el motor BMW de cuatro cilindros y 1500cc se convirtió en el motor de Fórmula 1 más potente de la historia. En versión de clasificación, llegaba a dar 1.300CV admitidos por Paul Rosche, el ingeniero de motores de BMW, y uno de los grandes genios de motores de la Fórmula 1, aunque se dice que en realidad pudo haber dado hasta 1.500CV.

A pesar de su superioridad, Brabham no fue campeón del mundo de constructores. Patrese cosechó muchos abandonos: “Servía de conejillo de indias para Piquet. Cuando había una novedad arriesgada, me la daban a mí para que la probase y luego, validada, ya la usaba Piquet”, explicó el italiano años después.

El Campeonato de constructores fue para Ferrari, gracias al dúo Arnoux-Tambay.

Hubo muchas cosas interesantes. John Watson, en Long Beach, pasó de 22º en parrilla a conseguir una victoria. La remontada más espectacular de la historia. En Detroit, Michelle Alboreto dio la última victoria al motor Cosworth V8 DFV, el motor más laureado de la historia, aunque ya era una evolución, el de DFY.

Y en Imola se produjo un hecho de vergüenza, cuando los tifosi silbaron a Ricardo Patrese cuando abandonó. Patrese, italiano, era líder de la carrera con ventaja sobre los Ferrari, pero al parar a cambiar neumáticos no se detuvo en el lugar correcto sino 70 centímetros más allá… la manguera de una de las pistolas no soportó el ‘tirón’ del mecánico para intentar llegar al emplazamiento. 

La parada de Ricardo duro 27” y el Ferrari de Tambay se encontró líder… pero el italiano remontó, lo achuchó y lo superó en Tamburello a cuatro vueltas del final. Pero en Aqua Minerale, en la misma vuelta, Ricardo se salió y Tambay pudo ir a por la victoria sin problemas.

La vergüenza fue ver como los tifosi abuchearon y se burlaron de Patrese. Por muy italiano que fuera, no podían tolerar que superara a Ferrari… en el circuito de casa de las huestes de Maranello.

Y hubo sus polémicas por la gasolina. Se dijo que BMW utilizaba una de 102.2 octanos en lugar de 102 permisos. Pero Enzo Ferrari, que al parecer tenía las pruebas que le proporcionó Mauro Forghieri, no quiso protestar… quizás porque el título de constructores iba a ser para Maranello y Enzo quería más esa corona que la de pilotos.
Pero quizás tuvo mucho que ver otro detalle importante. La última prueba, en Sudáfrica, la decisiva para el título que estuvo marcada por numerosos abandonos, sólo diez coches pasaron la meta, de 26 en parrilla. 

Las autoridades sudafricanas habían prohibido la importación de gasolina y eso valía incluso para la Fórmula 1. La FIA permitió el usa a Avgas de 104 octanos local —por encima de los 102 permitidos por reglamento— ya que la gasolina local de 92 octanos era de baja calidad. 

Sólo que Bernie Ecclestone se enteró que dos días antes de la carrea, el gobierno de Pretoria autorizaría de nuevo la importación de gasolina y se llevó a Sudáfrica 1.500 litros de combustible especial de IG Falls para sus Brabham, consiguió que una pequeña petrolera local les hiciera una gasolina específica y pidió que la derogación para usar Avgas no se pusiera en marcha.

Ferrari y Renault se pusieron firmes y consiguieron la derogación, que benefició a otros porque los dos equipos de marca hicieron llegar rápidamente por avión sus combustibles habituales.