Carlos Sainz o cómo el movimiento se demuestra andando

25/12/2021 08:05

No debió hacerlo tan mal cuando la maquinaria de Red Bull no lo engulló como a la mayoría de sus pilotos. De ahí paso a Renault y tras una temporada complicada en el equipo francés fue fichado por McLaren. Curiosamente, no sólo calcó prácticamente la trayectoria en la Fórmula 1 de su ídolo de niñez Fernando Alonso –recordemos que Toro Rosso es la 'evolución' de Minardi–, sino que le reemplazó en McLaren tras el anuncio de la retirada del bicampeón asturiano a finales de 2018.

En su primer año en McLaren consiguió su primer podio, y finalizó la temporada cinco puestos por delante de su compañero de equipo Lando Norris. Con los puntos obtenidos durante la temporada siguiente, sumados a los conseguidos por Lando, auparon al equipo McLaren a la tercera posición del campeonato de constructores, algo que no vivía el equipo británico desde 2012. Además, el piloto madrileño terminó de nuevo por delante de su compañero en la general a finales de temporada.

Tan bien lo hizo, que Ferrari se fijó en él y termino por contratarlo para sustituir a Sebastian Vettel. En cinco años en la Scuderia, el alemán no logró su ansiado quinto título ni devolver a los de Maranello a lo más alto como constructores. De hecho, sus últimos años de rojo fueron complicados: con el mismo coche, fue derrotado en 2019 por su compañero de equipo Charles Leclerc, que estaba en su primer año en Ferrari. Y precisamente Leclerc ha sido el compañero de Carlos en su aterrizaje en Maranello.

La opinión pública, y algunos miembros de la Scuderia, apuntaron a que Leclerc estaba llamado a liderar la Scuderia en los años siguientes y que Sainz iba a ser solamente un segundo piloto. Para muchos, el español no reunía las cualidades que sí tenía el monegasco y, especialmente al ser su primer año en Maranello, opinaron que le tocararía ejercer de escudero.

Sin embargo, Sainz ha superado a su compañero en puntos y en podios al final de temporada. ¿Puede haber alguien para quien este resultado no sea significativo? Ahí están las puñeteras cifras. Habrá quien opine que son injustas y no reflejan el verdadero potencial de Leclerc, pero esas cifras son exactas y reflejan la realidad, especialmente si repasamos la segunda mitad de la temporada, donde incluso en clasificaciones Carlos ha estado a la altura, si no por encima, del merecidamente alabado Leclerc.

Carlos ha firmado un año para el recuerdo como hace todas las cosas en su carrera deportiva: luchando contra su apellido y a la chita callando, ganándose la confianza del paddock con el sudor de su frente y sus manos, sin grandes alardes mediáticos a cada logro conseguido, sólo a base de trabajo, trabajo y más trabajo.

Ferrari consiguió con su fichaje formar, en mi opinión, una de las mejores parejas de pilotos de la parrilla. Ambos tienen un enorme talento, son trabajadores, discretos y luchan hasta el final. Incluso intercambian sin problemas posiciones en carrera cuando se les pide, sin excesivas tensiones, o al menos no que trasciendan. Eso hasta ahora, con una Ferrari que no ha peleado por las victorias ni por el título.

Pero en Ferrari solo vale ganar, así que ¿seguirá todo así de calmado cuando Ferrari esté en la pomada y luche por algo más que puntuar consistentemente? Si Ferrari logra de una vez por todas crear un coche capaz de ganar el campeonato con sus pilotos, ¿se mantendrá esa igualdad? ¿Seguirá ese buen rollo? ¿Volverá a existir un actor principal y uno secundario definidos desde un principio, o esto se decidirá en base a los méritos de cada uno?

El tiempo lo dirá, Ferrari mediante.

Saludos.

Javi C.