Virutas de Goma

El piloto rapero no desafina en sus discos, pero como siga así puede que acabe desafinando en las pistas

José M. Zapico
02/01/2014 11:10

Se equivoca. La caga. Las luces rojas brillan a su alrededor y el volumen de sus auriculares Beat by Dre lo tienen obnubilado y no las ve. Alucina rapeando y es como pegarse un tiro en el pie. Lewis Caballo Loco Hamilton vuelve a las andadas y así no se ganan campeonatos, chavalote, sino currando como el esclavo igualmente negro de la película "12 años de esclavitud". 

Virutas no está aquí pa enmendarle la plana a nadie, y menos a alguien que ha llegado a donde lo ha hecho el hijo de Papuchi Hamilton, pero sí para echar un vistazo socarrón a lo que ve y tiene ya el culo muy pelao de ver a tipos tirados por las cunetas deportivas de muchos circuitos por dejar escapar oportunidades. 

Recuerdo una mañana de domingo a Marc Gené diciéndome "Zapi, necesito que me hagas una foto que me haga ganar hoy". Allí, el Virutas, cargado de cámaras, objetivos y chirimbolos electrónicos relacionamos con la imagen parecía más un árbol navideño que un reportero, le respondía con cara de idiota "tío, yo sólo hago fotos...". La respuesta fue clara: "Toda ayuda es poca". Marc quería ganar el Open Nissan y se levantaba a las seis para ir a nadar cada mañana y estar en la excelente forma física necesaria para lo que al final fue un título pa la buchaca. 

El verbo a declinar es compromiso. Ok, de acuerdo, ni es un verbo ni se declina, pero ¿a que me has pillado? Pues Lewis Hamilton no porque ni declina, ni conjuga, ni comprende el significado de esa palabra porque en vez de madrugar para estar más fuerte que su colega Nico Rosberg, se pone a grabar coplas. 

Cierto es que Caballo Loco ha quedado 18 puntos por delante de su socio y su temporada ha estado trufada de episodios de mala pata ajena que se ha tragado sin vaselina, pero tampoco es incierto que la constancia de Rosberg le ha llevado a ganar dos carreras por una del británico, cuando por coche, equipo, y manos debería haber vencido unas cuantas más. El cambio de neumáticos le sentó a Mercedes como la última Cocacola del desierto y el equipo mejoró de manera consistente... ¿y que hizo Lewis? Se encerró con diez titis en la suite de un hotel a embadurnar de champán el papel pintado de las paredes. Como no se lo podía tirar a Vettel por no tenerlo a su alcance, se buscó otra diana. 

Hace décadas los pilotos eran vividores que corrían para no aburrirse los domingos. Muchos de ellos eran ricos, y en vez de tener una yeguada o un campo de golf, tenían un bólido de carreras. Después la cosa empezó a profesionalizarse y los tíos eran trabajadores de verdad. Ya lo pudiste ver en "Rush", Lauda fue uno de los primeros en mancharse las manos para obtener mejores resultados en pista. Luego llegó Senna, que daba por culo a sus mecánicos hasta hasta bien avanzada la noche mientras el resto de los pilotos se lo montaban con pericas que quitaban el hipo en los baños del Tip-Top monegasco. Los técnicos de Lotus y McLaren le temían porque era un perfeccionista, que por cierto, devolvía los coches con los piñones de la caja de cambios hechos migas.

De su época era Nigell Mansell, el primer chalao de la preparación física, que se atizaba el lomo como si no hubiera más calendario, y para rematar la faena de la profesionalidad, Schumacher. Boxeaba, hacía artes marciales, y se arreaba sesiones de gimnasio interminables. Era tal su obsesión que llegaba a los destinos de avión largos, tipo Malasia o Australia, y en vez de ducharse y acostarse, lo primero que decía en la recepción del hotel era: 
 
"¿Donde está el gimnasio?"
 
La marca Technogym le construyó un tráiler que levaba a todas las carreras europeas para ejercitarse. Se desmontaba como un Transformer, y se expandía hacia los lados y arriba. Negro, acristalado, apenas se veía lo que ocurría dentro... pero se escuchaba. Bum, bum, bum, bum, bum... golpes rítmicos que hacían vibrar sus paredes hasta la hora de cenar española, más tarde que la inglesa, y que sólo indicaban una cosa: Schumi corría sobre una cinta de esas sin fin durante horas. Remaba, levantaba pesas y eliminaba todas y cada una de los gotas de grasa que su organismo pudiera albergar. Vettel, otro al que le van a dar la medalla al trabajo, que sales del paddock a las diez de la noche y aún sigue allí. Alonso, otro pirado de la preparación física que se calza centenares de kilómetros en su cibicleta, y que curra como si no tuviera mas vida que esto. Y es que... sólo así llegan los títulos. 

¿Vividores en el paddock? Pues mira: Eddie Irvine, David Coulthard (muy serio y trabajador, pero un reconocido juerguista) Jacques Villanueva... pocos títulos. Precisamente con éste último ya hemos comparado antes a Lewis. Innegable calidad, aterrizaje explosivo, título en su segunda temporada, y luego... la nada. El canadiense ganó pastuqui, montó bares, restaurantes, grabó discos, pero ganar carreras pocopocopoco.

A Lewis, a pesar de su innegable genialidad al volante, se le está poniendo cara de Villeneuve, porque en lugar de aprovechar la oportunidad y ponerse a trabajar y justificar con esfuerzo los 25 minolles de boniatos que le paga Mercedes, parece más interesado en montarse una carrera discográfica que una deportiva. ¿Es que no puede hacerlo? Sí, claro que puede, es muy dueño, pero cada día que consume en grabar un rap, es un día que está más lejos de su siguiente título.

La F1 se ha hiperprofesionalizado de tal manera que o te vuelves un enfermo y le vendes tu alma a tu equipo, o no ganarás. Lo siento, Lewis, pero eres mejor carrerista que músico. Cierto es que apenas canta en un par de estrofas y parece haberlo hecho fuera de la temporada, pero no sólo tiene que ser honrada la reina, sino también parecerlo. 

Me lo dijo en un curso el fotógrafo Sebastiao Salgado: "Muchas veces lo importante de una foto no es lo que le falta, sino lo que le sobra. Quita elementos". Lewis, busca los que le sobran a la tuya (y tómatelo como un consejo de amigo).

 

(*) Con posterioridad a la redacción de este artículo, Lewis Hamilton desmintió la participación en este disco. El conjunto cambia poco; esta misma semana ha estado mostrando vídeos grabados en sus animadas fiestas y sigue entrando en el estudio a hacer sus pinitos musicales.