Los brazos de Bernie son tan alargados que es capaz de rodear todo el planeta... 22 veces al año

Si la pelada tundra rusa de Siberia era, atendiendo a su significado etimológico, 'el fin del mundo', la misma razón apuntaba a que era Iberia donde comenzaba el territorio conocido, por eso en tiempos de los romanos, el Campeonato del Mundo de Cuádrigas se disputaba en esta porción del mundo conquistado. Esa era dio paso a otras, con ellas llegaron los modernos sistemas de locomoción y aunque el tiempo siga siendo una constante, las distancias se acortan gracias a activos como Airbus, DHL o los taxis de gasoil. Por eso el imperio de Bernie es como el de Felipe II, "en el que no se pone el sol", porque todo él circunda el globo terráqueo.

No hay deporte más global y planetario que la F1. El fúmbol de Maradona tiende a triunfar el ligas locales o regionales, pero eso de la planetariedad le toca una vez cada unos-cuantos-años. Las Olimpiadas son la caña, pero La Dieta de los Cuatro Años nos las quitan de la tele durante casi 1.500 días seguidos. Sólo la F1 está en nuestro salón cada dos semanas y  a veces hasta desde esos sitios que a veces cuesta trabajo encontrarlos hasta en la Wikipedia.

Más carreras, más premios a repartir, más anuncios, más televisión: más negocio

El negocio es sencillo: a más carreras más destinos que abonan su canon de entrada, más premios a repartir, más anuncios por la tele, más findes con aficionados pegados a sus respectivas pantallas… en definitiva, más negocio. El año que viene y de manera relativamente previsible tendremos 22 citas en el candelabro si no nos falla nadie.

¿Lo bueno? Er… pues que todo negocio que no crece tiende a morir y éste se encuentra en constante expansión, así que goza de una salud a prueba de Steven Seagal, Sylvester Stallone y Chuck Norris cogidos de la mano. Aunque Bernie empiece a dar señales de que le llega la hora -las da desde hace veinte años y no hay manera de que se jubile- todo tiene pinta de que sin él, funcionará. Más pruebas, mejor para todos, organizador y participantes, porque los gastos se incrementarán pero mayor será el beneficio para todas las partes en base a la venta de entradas, mayores recibos a las teles por ofrecer mayor número de pruebas, más público, mas, más, más…

Por otra parte en lo chungo hay varios escollos, y alguno no es baladí para nuestro veloz Costa Concordia.

Pedrusco Isla de Giglio 1: hay tres fechas que están cogidas con pinzas. Corea, New Jersey y México. En el comunicado de la FIA diú que estas tres pruebas están pendientes de aprobación en lo tocante a su trazado. En Corea la pista está más que aprobada así que evide que $€ trata de otro tipo de condi¢ionant€$.  

A los vecinos de La Gran Manzana les pasa tres cuartos de lo mismo; no es que anden tiesos, pero desde hace tiempo se viene hablando de que en el tema de los dineros andan algo atascados.  

Lo de México es distinto, porque pista tienen pero requiere una serie de mejoras más que notables para que los Formula 1 circulen en condiciones y en la medida de su reglamento. El venerable 'Hermanos Rodriguez' es un destino ideal por muchas razones pero requiere una serie de mejoras de gran calado tanto en el plano técnico como a la hora de recibir a los visitantes de la F1. Eso significa pastizal, y significa tiempo. Los indicadores apuntan a que van justitos y si hay que enerve a Bernie son las tardanzas e incumplimientos de la palabra dada. Sin querer apuntar a nadie en concreto, en el paddock se asume que alguna de estas citas acabe cayéndose finalmente del calendario. Esto, aunque no lo parezca, empresarialmente tampoco es un descrédito porque en los últimos años se ha ido creciendo a razón de una prueba más por temporada. Por cierto, Valencia sigue teniendo contrato en vigor con la F1 y no aparece en plan alguno, ni lo del tema de la posible alternancia con Barcelona tiene visos de hacerse realidad.

Pedrusco Isla de Giglio 2: en el plano logístico la categoría vuelve a dar una vuelta de tuerca pero viendo las fechas se antoja un tema anecdótico comparado con el problema gordo… empezamos la segunda semana de Marzo y acabamos en Diciembre. Esto quiere decir que con los equipos a un mínimo de 10.000 kilómetros de sus factorías, mientras lían el hatillo, vuelven se toman un par de días y se meten en faena, apenas tienen dos meses para desarrollar los coches del año siguiente. Esto nos lleva a una situación pintoresca por la que Virutas apostaría dinero: en 2014 seguramente habrá alguien que domine de manera insultante y que aguante hasta el final dando cera. Cuando los demás pierdan interés ante la imposibilidad de pelear, se pondrán con el coche de 2015 meses antes, y el ganador de 2014 tendrá que rehacerlo todo en dos meses. Je. Podría darse todo la vuelta por recetada incomparecencia. El que esto escribe no es adivino, pero es fácil pergeñar que es una situación mala de encarar para cualquiera.  

Pedrusco Isla de Giglio 3: los que esto han parido han dejado espacio para cuatro jornadas dobles de tests tras un GP; se atasca durante aun más tiempo a las escuderías en los circuitos, y se complica un poco más la logística. En un año con más experimentos que en El Hormiguero de Pablo Motos los primeros espadas querrán estar de cuerpo presente, los becarios apenas tocarán pelo, los probadores -los que tengan experiencia- adquirirán mucho valor. Un elemento perturbador y que enrarece la atmósfera. La agenda se complica.  

Pedrusco Isla de Giglio 4: "Lo de la gente" que es lo que nos parece más puñetero de todo. A día de hoy cada uno de los aproximadamente 5.000 personas que se mueven por todo el planeta alrededor de las carreras entre técnicos, FIA, FOM, televisiones, periodistas, equipos, etc pasan entre 160-180 días fuera de casa. Con tres pruebas más esto puede irse fácilmente a cieno noventa y con tests, presentaciones y-tal-y-tal, doscientas. Esto tiende a pasar factura.

Pasarán entre 160-180 días fuera de casa. La F1 es cara, muy cara en lo personal

A principios de los 90 y durante una de esas interminables jornadas de pruebas, al Virutas se le acercó un cargo medio de cierta escudería cuyo nombre se le acaba de olvidar y le preguntó:

—Tío, ¿tu conoces la zona? —Cuestionó el uniformado.

—Er… si, conozco algo. —Respondió el aprendiz de reportero. No dijo que no, pero tampoco dio información alguna por no quedar como un idiota.

—Dime cual es el mejor puticlub a menos de media hora de coche… el mejor, nada de cutrerías.

—Pueeeees… pues no lo se, pero déjame que pregunte y me entero. ¿Es sólo por curiosidad, pa saberlo, verdad?

—Es que los chicos llevan mes y medio fuera de casa. O les hago algo de esto o esto me acaba en rebelión. —Respondió mientras se encogía de hombros, arqueaba las cejas y ponía los ojos como El Cangrejo Sebastián de La Sirenita.  

Cierto periodista sufría en silencio al saber que en su casa de las afueras de Madrid, un muy conocido vecino tremendamente molesto, montaba unas escandalosas verbenas aderezadas con música brasileña hasta altas horas de la madrugada. Su mujer le llamaba apesadumbrada, aguantando el chaparrón sonoro, mientras él la escuchaba pacientemente en Singapur, Brasil, Australia… con todo un planeta de por medio y sin poder hacer nada. Duro, muy duro.  

Los aficionados creen que todos los reporteros viajan en Primera Clase, beben champán Mumm continuamente, y hacen poco menos que turismo por la jeró. Lo que no saben es que lo normal es hacerlo en Turista, llegas de madrugada al hotel donde duermes unas horas, no cenas o comes lo primero que pillas en una nevera de hotel coreano (a saber lo que te puedes encontrar) y tu dieta principal está regida por esa especie de pastiche cremoso que te endiñan en las compañías aéreas. Si estás a régimen, vas a cagar verde mientras estés en el negocio porque el único plato universal es la ensalada de… de… de cosas verdes.  

Prisas para llegar, prisas para enviar las crónicas, prisas para buscar un WiFi abierto, prisas para volver, prisas para hablar con tu familia y dejarte un pastón en lo que tu empresa no siempre te paga. Cuando ves un McDonalds a la salida de un aeropuerto cualquiera lo miras como si fuera un restaurante de quince tenedores. Si, es divertido en las primeras carreras, pero te pierdes la boda de tu hermano, el entierro de tu tía o la Primera Comunión de tu hija. ¿Tú que te crees, que eso sale gratis? Las ausencias suelen pasar su impuesto vital. Habría que hacer un estudio sobre el índice de divorcios y el resultado no iba a ser divertido. La F1 es cara, muy cara en lo personal. Con 22 carreras, los curritos irán a peor. Cuando has dormido miles de veces por ahí, no sabes lo que se valora hacerlo en tu colchón (con todo lo que lo rodea)

Hay otros elementos de juicio, pero son estos los que nos llaman la atención. Hablaremos más de todo esto.  

En tiempos de Cristo, Bernie hubiera llegado con su carromato fenicio a Hispalis, Lutecia o Londinium al grito de "caaaaarreraaaaaas… que vendo carreraaaaaaas, a la riiiiiica carreraaaaaaaa, oigaaaaa". Conociéndole, hubieran comprado, pero si su carro hubiera tenido alas...