No todo al rojo

La nueva clasificación: hola y adiós

20/03/2016 19:06

La carrera del Gran Premio de Australia ha sido todo un éxito, pero resulta imposible olvidar el episodio más candente del fin de semana: la nueva sesión de clasificación. La única nota positiva que pude sacar del formato –que hoy ha sido anulado- es la menos importante. Faltaba un reloj de cuenta atrás con los primeros eliminados y llegó, tarde pero llegó. Con este contador extra se disfrutaba con más claridad y emoción de un concepto que hacía necesario una buena coordinación dentro de los equipos.

Los equipos más modestos sufrieron ante una regla que, se supone, deberían aprovechar para buscar la sorpresa. Un nuevo formato con un problema que empezó a confirmarse en la Q1 y quedó patente en la Q2. Tras la eliminación de Kevin Magnussen, las dos siguientes "víctimas" ni se movieron y se quedaron en el garaje para no gastar más tiempo y ni más neumáticos de los necesarios. Poner las cartas sobre la mesa desde el inicio hacía que sea inútil un segundo intento para rascar una posición. Saberse eliminado desde el principio restaba toda la emoción que se había intentado dar con este nuevo sistema.

El excesivo consumo de neumáticos de los más modestos también era un lastre para este nuevo sistema. Los pilotos que peleaban por escapar de la Q1 y llegan a Q2 sin posibilidad de pisar la Q3 se quedaban con el tiempo de su primer intento y no volvían a pista, algo lógico si tenemos en cuenta que estaban obligados a usar ese mismo compuesto (el más blando) para empezar la carrera, y con los siete pilotos que se quedaron en Q1 con total libertad de elección. El lastre del anterior sistema que era ahorrar neumáticos se multiplicaba con el nuevo.

Como ya se esperaba, este nuevo sistema agravaba muchos problemas que ya tenían los coches más lentos y acentuaba la supremacía de los mejores; y restaba emoción y actividad, muchísima, durante muchos minutos. Las distancias entre equipos hacía previsibles los resultados y provocaba escenas lamentables, viendo como, según pasan las rondas, los pilotos abandonaban sus coches. Ver a Hamilton bajándose del coche con varios minutos de sesión por disputarse fue la puntilla a un sistema que murió el día de su estreno. Afortunadamente ha imperado la lógica y han dado un paso atrás. Rectificar era la única solución, sí o sí.

El sistema era injusto para todos. No ayudaba a los más pequeños, los coches rodaban menos, sólo había emoción en los cinco primeros minutos de cada sesión, la Q3 era la peor de todas, las posiciones estaban casi decididas desde el inicio, los aficionados no entendían por qué muchos coches se quedaban en el box ni por qué había luchas. Siendo respetuoso, comedido y paciente diría que este nuevo formato de clasificación no valía para nada.

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